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La
discriminación racial y los estereotipos son unas de las principales
problemáticas que siguen enfrentando las mujeres afroperuanas.
Salud en Casa.- Desde el 2020, cada 25 de julio se celebra en el Perú el Día Nacional de la Mujer Afroperuana. Esta fecha no solo honra la lucha y las contribuciones de las mujeres afroperuanas, sino que también sirve para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan en cuanto a la igualdad de oportunidades y el reconocimiento de sus derechos.
El último
censo del INEI en el 2017, registró que 379 646 mujeres afroperuanas residían
en todo el país. Una cifra significativa que continúa enfrentándose a
prejuicios que obstaculizan su acceso a oportunidades económicas, educativas y
de salud.
En Perú, aunque se han hecho esfuerzos para
visibilizar la situación, aún faltan políticas que garanticen el ejercicio de
sus derechos. A continuación, presentamos un breve panorama de las
problemáticas que enfrentan estas mujeres en el país.
Discriminación étnico-racial y estereotipos:
La discriminación sobre el tono de piel o
apariencia física es una de las problemáticas más comunes que viven las mujeres
afroperuanas. A menudo, son juzgadas y excluidas en espacios educativos,
laborales y sociales por personas de su entorno.
La historiadora e investigadora Maribel
Arrelucea afirma que “las mujeres racializadas, como las afrodescendientes, se
enfrentan cotidianamente a una serie de prejuicios que vienen de los
profesores, los amigos de colegio o la universidad. (...). Cada mujer
afrodescendiente que sale de su casa se enfrenta a las burlas, las risas y las
miradas”.
Además de ello, durante muchos años, se ha
encasillado a las mujeres afroperuanas trabajos relacionados con la cocina, la
música y el deporte. Según Angie Campos, doctora en antropología social y directora
de Ashanti Perú, estos estereotipos “fortalecen una supuesta naturalidad en
estas habilidades y al mismo tiempo nos limita de pensar en otros espacios que
pueden ser mucho más académicos”.
Falta de acceso a la educación:
El último informe del Banco Mundial (2022),
“Afrodescendientes en la educación: Una agenda antirracista para América
Latina”, reveló que “alrededor de uno de cada cinco niños afrodescendientes
abandonan el sistema educativo antes de completar la escuela”.
En nuestro país, a pesar de que la educación es
gratuita, las disparidades en el acceso y la calidad educativa siguen afectando
a las mujeres afroperuanas. “La educación se torna más compleja por las
condiciones económicas y de discriminación racial que enfrentamos en la escuela”,
aseguró Cecilia Ramírez, abogada y directora del Centro de Desarrollo de la
Mujer Negra Peruana (CEDEMUNEP).
Estas desigualdades no solo limitan sus
oportunidades de aprendizaje, sino que también aumentan las tasas de deserción
escolar de las mujeres afrodescendientes, limitando su progreso académico.
Obstáculos en el mundo laboral:
Para muchas mujeres afroperuanas, completar los
estudios superiores es un desafío significativo; sin embargo, encontrar empleo
e integrarse en el mercado laboral representa un obstáculo principalmente
cuando “se cuestiona y pone siempre en tela de juicio la capacidad
profesional”, resalta Ramírez.
Las disparidades se ven reflejadas en la
dificultad para conseguir empleo y, en caso de obtenerlo, en la baja
remuneración económica en su trabajo a pesar de contar las mismas capacidades y
experiencia laboral igual que sus pares. Según el Banco Mundial, en Perú, “las
mujeres afrodescendientes con título terciario ganan alrededor de 34% menos que
otras mujeres peruanas con el mismo nivel educativo”.
Pobreza y vulnerabilidad:
La pobreza limita el acceso de las mujeres
afroperuanas a servicios básicos, educación de calidad y empleos. Las
dificultades aumentan o disminuyen dependiendo de “la clase social, la región,
el nivel socioeconómico y cultural”, asegura Arrelucea.
La Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), en su investigación “Mujeres afrodescendientes en América
Latina y el Caribe: deudas de igualdad” (2018), informó que las mujeres
afrodescendientes “padecen de la pobreza en niveles que suelen ser más altos
que el resto de la población, están subrepresentadas o ausentes en los procesos
de toma de decisiones y ven más vulnerados sus derechos”.
En el marco de esta fecha, es crucial reconocer
la necesidad de trabajar hacia un futuro donde todas las mujeres afroperuanas
puedan vivir libres de discriminación, con acceso equitativo a oportunidades
educativas y laborales que les permitan ejercer plenamente sus derechos.
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