Por
Guillermo Lem, Regional Manager Peru & Puerto Rico.
Salud en Casa.- De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de defunción en el mundo. Según las estimaciones, cobran cada año 17,9 millones de vidas. Estas enfermedades agrupan una serie de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, como la cardiopatía coronaria, los accidentes cerebrovasculares y las cardiopatías reumáticas. Más de cuatro de cada cinco defunciones por enfermedades cardiovasculares se deben a cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares, y una tercera parte de ellas son prematuras; es decir, de personas menores de 70 años.
Cada 29 de septiembre, el mundo se une
para conmemorar el Día Mundial del
Corazón, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de
cuidar nuestro órgano más vital. En un contexto donde las enfermedades
cardiovasculares se han convertido en la principal causa de muerte a nivel
global, la concientización y la prevención se vuelven claves para
reducir el impacto de estas patologías.
En Perú,
según datos del Ministerio de Salud (Ministerio de Salud, n.d.) - MINSA- la tasa de mortalidad por enfermedad isquémica del corazón, que es la
que provoca un infarto, es de un 28.77 por ciento. Esto significa que, cada
año, pierden la vida a causa de afecciones relacionadas con el corazón cuatro
mil personas por infarto al miocardio y el principal factor de riesgo se
encuentra en individuos mayores de 30, especialmente en hipertensos, personas
diabéticas, con problemas de obesidad y fumadores (Ministerio de Salud del
Perú, n.d.).
Frente a esta realidad, el Día Mundial
del Corazón se presenta como una oportunidad invaluable para promover hábitos
de vida saludables que ayuden a prevenir estas enfermedades. Mantener una alimentación equilibrada, realizar
actividad física regular, evitar el consumo de tabaco y controlar los niveles
de estrés son algunas de las recomendaciones fundamentales que los
especialistas destacan.
Es crucial también subrayar la
importancia de los chequeos médicos regulares. Detectar de manera temprana
factores de riesgo como la hipertensión o el colesterol elevado puede marcar la
diferencia entre una vida saludable y una patología crónica. Además, en la era
de la tecnología, contamos con herramientas avanzadas que permiten un monitoreo
constante y personalizado de la salud cardíaca, facilitando la detección
temprana de anomalías y mejorando el pronóstico de los pacientes.
Entre los avances más significativos en
esta área se encuentra el desarrollo de sistemas de imágenes médicas más
precisos y accesibles. La resonancia magnética cardíaca y la tomografía
computarizada han mejorado notablemente la capacidad de los médicos para
diagnosticar enfermedades del corazón en etapas tempranas, permitiendo
tratamientos más oportunos y efectivos. Además, la Inteligencia Artificial (IA)
está comenzando a jugar un rol crucial en el análisis de datos médicos,
ayudando a identificar patrones en grandes volúmenes de datos que pueden
predecir riesgos de enfermedades cardíacas con mayor precisión.
Empresas como GE HealthCare, junto a
instituciones y profesionales de la salud, estamos trabajando incansablemente
para abordar los desafíos de la cardiología intervencionista, que como un campo
en constante evolución, plantea nuevos desafíos: ser eficiente desde el punto
de vista clínico y operativo, obtener una calidad de imagen óptima con la dosis
más baja posible, ampliar las prácticas con un ecosistema integrado; y al mismo
tiempo, empoderar a los pacientes para que tomen un rol activo en el cuidado de
su salud.
En este Día Mundial del Corazón y todos
los días, el mensaje es claro: el
cuidado de la salud cardíaca no puede esperar. Es una responsabilidad que
debemos asumir todos, desde los ciudadanos hasta los profesionales de la salud
y las instituciones. La prevención es el primer paso para salvar vidas, y cada
pequeño cambio en nuestros hábitos diarios puede contribuir a construir un
futuro más saludable para todos.
En un país como Perú, donde las
enfermedades cardiovasculares tienen un impacto tan significativo, es esencial
seguir trabajando en la educación y concientización de la población. Solo así
podremos reducir las cifras actuales y avanzar hacia una sociedad más
consciente y comprometida con la salud cardiovascular.
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