domingo, 12 de enero de 2025

 

En casos de anemia por deficiencia de hierro, se debe garantizar una suplementación adecuada y complementar con una dieta rica en hierro. Esto incluye fuentes animales como carnes rojas magras, vísceras (excepto hígado), y pescados como el bonito.

 


Salud en Casa.-
La alimentación y el asesoramiento nutricional son pilares fundamentales para garantizar el óptimo desarrollo del bebé y preservar la salud de la madre durante el embarazo, el parto y la lactancia.

 

“Un buen estado nutricional en esta etapa puede prevenir complicaciones como anemia, preeclampsia, diabetes gestacional, y el nacimiento de bebés pequeños o grandes para su edad gestacional, entre otros. Existen nutrientes clave que son indispensables durante el embarazo. Por ejemplo, el ácido fólico debe suplementarse al menos tres meses antes de la concepción para reducir el riesgo de defectos del tubo neural como la espina bífida, además de parto prematuro y anemia”, sostiene la nutricionista del Portal Salud em Casa, Erika Mora Saravia .

 

De acuerdo con la experta , es importante destacar que la alimentación de la madre tiene un impacto duradero en la salud del bebé, conocido como "programación nutricional". Este concepto se refiere al efecto que tienen la dieta y el estilo de vida maternos sobre el desarrollo y la salud del bebé, incluso en su etapa adulta. Durante el embarazo, las células del bebé en desarrollo son altamente adaptables, y cualquier variación en el suministro de nutrientes puede provocar cambios que afecten su organismo a largo plazo, incrementando el riesgo de enfermedades metabólicas en el futuro.




 

Una adecuada alimentación para prevenir los nacimientos prematuros.

 

De acuerdo con Erika Mora ,  la alimentación desempeña un papel crucial en la prevención de nacimientos prematuros, aunque es importante tener en cuenta que también existen otros factores involucrados. Una correcta suplementación preventiva con nutrientes esenciales como ácido fólico, hierro, omega-3, calcio y vitamina D (según evaluación médica previa) puede marcar una gran diferencia.

“Las condiciones de salud preexistentes como diabetes, sobrepeso, obesidad o hipertensión, así como las complicaciones que surgen durante el embarazo, como la preeclampsia o la diabetes gestacional no controladas, también pueden incrementar el riesgo de un parto prematuro. El manejo adecuado de estas condiciones, junto con una ganancia de peso controlada y una alimentación de alta calidad, son elementos esenciales para minimizar este riesgo”, precisó.




 

Alimentación  y las  gestantes con anemia.

Para la nutricionista del Portal Salud en Casa, lo primero es identificar la causa de la anemia, ya que en la mayoría de los casos está relacionada con una deficiencia de hierro, que se manifiesta por una disminución de hemoglobina debido al aumento del volumen sanguíneo en el embarazo. También puede combinarse con deficiencias de vitamina B12 o ácido fólico, lo que hace necesario un análisis bioquímico y dietético para diseñar un plan adecuado.

“En casos de anemia por deficiencia de hierro, se debe garantizar una suplementación adecuada y complementar con una dieta rica en hierro. Esto incluye fuentes animales como carnes rojas magras, vísceras (excepto hígado), y pescados como el bonito. En cuanto a fuentes vegetales, destacan las legumbres y la quinua, aunque su absorción es menor que la de las fuentes animales. Para mejorar la biodisponibilidad del hierro vegetal, se recomienda combinarlas con alimentos ricos en vitamina C, como el limón, la naranja o el tomate. Además, remojar las legumbres antes de cocinarlas puede optimizar la absorción de nutrientes.” enfatizó.

 

“Es importante evitar el consumo de hígado o paté durante el embarazo debido a su alto contenido en retinol, que puede tener efectos teratogénicos (causar malformaciones). En casos de anemia grave, se debe referir a la paciente a hematología para una intervención temprana que prevenga complicaciones tanto para la madre como para el bebé”, agregó.

 

 

Recomendaciones finales:

          Acude a un nutricionista especializado al menos una vez por trimestre para garantizar un adecuado seguimiento nutricional durante el embarazo.

          Sigue las recomendaciones de tu médico y no subestimes la importancia de la alimentación como una herramienta clave para tu salud y la de tu bebé.

          Recuerda que una buena nutrición no solo influye en el presente, sino que también deja una huella positiva en el futuro del nuevo ser.

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