domingo, 13 de abril de 2025

 

El presidente del Instituto Peruano de Energía Nuclear, lidera esfuerzos para impulsar la energía nuclear en el Perú. Destaca sus aplicaciones en salud, agroindustria y generación eléctrica en zonas remotas.

 

 

Por: Katherine Lissete Fernández Ramos

 


Salud e
n
 Casa.- Comprender la energía nuclear puede parecer algo lejano para muchos peruanos, solemos asociarla a películas de ciencia ficción, desastres y con armas de guerra, más que como una valiosa herramienta de desarrollo. Esta percepción se forja en las aulas escolares cuando, por diversos motivos, se considera a la física, la química y otras ciencias, materias difíciles de comprender. Pero el Dr. Rolando Paucar, actual presidente del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), encontró en la física respuestas que marcaron su vida personal y profesional.

 

Estos cuestionamientos marcaron el inicio de una trayectoria que hoy se refleja en su compromiso por impulsar cambios profundos en el IPEN y liderar los avances de la energía nuclear en el Perú. Licenciado en Física por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, su curiosidad lo llevó a prepararse en diferentes ámbitos de la energía nuclear, alrededor del mundo.

 

Obtuvo una Maestría en Física en la Universidad Autónoma de Barcelona, un Magíster en Defensa y Seguridad Hemisférica por la Universidad del Salvador y el Colegio Interamericano de Defensa en Estados Unidos, además de un Doctorado en Gobierno y Política Pública por la Universidad de San Martín de Porres. Desde su particular mirada de la energía nuclear, ha publicado ocho libros y tiene en su haber algunas patentes.

 

Con un extenso historial académico y una destacada trayectoria laboral, Paucar es un convencido de que la academia debe ir de la mano con la praxis. “Mis actividades están enrumbadas hacia lograr impacto en la sociedad, utilizando técnicas nucleares. Algunos colegas me dicen por qué no estoy trabajando en artículos para revistas indexadas, pero considero que, en este contexto, es tan igual de importante cerrar la deuda que tiene el IPEN, con los pacientes, con los agricultores, con la industria, con el sector energético”, expresa con determinación.




Una mirada integral de la energía nuclear

Este científico peruano que afirma conocer cada tornillo de nuestro reactor nuclear y que desde julio del 2024 preside el IPEN, intenta darle una perspectiva integral a esta institución. Su vínculo con el IPEN comenzó a los 17 años, cuando ingresó como técnico electricista. En ese periodo, descubrió nuevas vertientes de la energía nuclear, particularmente en el campo de la salud. Así, decidió especializarse como físico en medicina, una rama que lo apasionó al descubrir en la energía nuclear una oportunidad para salvar vidas.


En su carrera, se enfocó en la investigación de tratamientos contra el cáncer, como la radioterapia y el perfeccionamiento de técnicas avanzadas como la radiocirugía para tratar tumores cerebrales en el Perú. “Recuerdo todavía al primer paciente, un niño con diagnóstico de malformación arterovenosa. Gracias al tratamiento que le dimos hoy tenemos un ingeniero industrial, un tipo exitoso. Todo eso gracias a que implementamos una novedosa técnica neuroradioquirúrgica que, en ese entonces era nueva en el Perú”.

Es quizá esta experiencia la que llevó a Paucar a consolidar su visión: “Yo veo la energía nuclear bajo un enfoque integral, holístico, que permite tener una mirada desde el punto de vista de la seguridad nacional y en donde confluyen todas las aristas necesarias para el desarrollo nacional”. Con esta perspectiva, busca un equipo multidisciplinario en el IPEN, que incluya químicos, físicos, comunicadores, sociólogos y especialistas en ciencias políticas. “Es importante ver también a la energía nuclear desde el punto de vista de las ciencias sociales”, afirma.

Agrega que, “perseguir la publicación como fin último de las ciencias es restarle oportunidad de mostrar su completa valía. Transmitir ese valioso conocimiento desde otras ópticas también nos puede proporcionar grandes resultados, que es lo que hoy busco, asegura. Por ejemplo, enfocarnos en trabajar con universidades y empresas privadas para desarrollar soluciones a grandes necesidades nacionales. Mi compromiso hoy es trabajar para que todo lo que se investigue en el IPEN tenga proyección hacia la sociedad. Solo así visibilizaremos la gran labor que realiza el IPEN”. Es por ello también que ha impulsado junto a su equipo de trabajo la nueva carrera profesional de ingeniería nuclear, en la UNMSM. 




La energía nuclear en diversos ámbitos

Paucar define tres lineamientos de trabajo para su gestión en el IPEN: seguridad sanitaria, alimentaria y energética. En coordinación con el Organismo Internacional de Energía Atómica(OIEA) y diversos ministerios se busca un impacto directo en la sociedad, promoviendo el desarrollo y enfrentando desafíos como el cambio climático.

Estas acciones se desarrollan en el Centro Nuclear Óscar Miró Quesada de la Guerra ‘Racso’, ubicado en Huarangal, Carabayllo. Este centro, el más grande de Latinoamérica, cuenta con un reactor nuclear y laboratorios especializados donde se realizan proyectos claves para la agroindustria, la medicina y la electrificación de zonas aisladas.

La energía nuclear, según Paucar, contribuye al mejoramiento de semillas para optimizar la producción agrícola, al tratamiento de pacientes con cáncer y a la generación de electricidad en zonas remotas como la Amazonía, donde no llega la red eléctrica nacional.

 

 


 

Lo que no se conoce no se quiere

Aunque la energía nuclear estuvo históricamente vinculada a tragedias como la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki, o a accidentes como Chernobyl y Fukushima, Paucar señala que los avances tecnológicos transforman esta tecnología. La energía nuclear se posiciona como una alternativa verde y estable frente al cambio climático e incluso en foros internacionales es considerada como una solución viable para una matriz energética sostenible.

La tecnología actual apuesta por reactores modulares más pequeños, capaces de generar entre 50 y 300 megavatios, ideales para abastecer comunidades alejadas. Incluso los microreactores, del tamaño de un camión, podrían llevar electricidad a la Amazonía peruana. Sin embargo, en el Perú, la Ley de Concesiones Eléctricas prohíbe su desarrollo. “Mi gestión trabaja para eliminar estas barreras normativas y abrir el camino hacia una planta eléctrica con base nuclear en el futuro cercano”, asegura.

La energía nuclear no solo es una opción para garantizar la seguridad energética, sino también una herramienta clave para combatir el cambio climático y mejorar la calidad de vida en las regiones más alejadas. Con esfuerzos dirigidos a modernizar el marco legal y fortalecer la capacidad técnica, el Perú podría dar un paso hacia un futuro donde la energía nuclear no sea vista como una amenaza, sino como una aliada estratégica para su desarrollo.

 

 https://www.saludencasa.pe/imagenes/revistas/eVq7Z8O5P_-_REVISTA.pdf

 

 

13 Apr 2025

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