Expertos recomiendan evitar los azúcares y promover el ejercicio para una mejor calidad de vida.
Salud en Casa.- En un contexto donde la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes oncológicos concentran la atención de la comunidad médica, nuevos avances científicos apuntan hacia una nutrición cada vez más precisa y personalizada como piedra angular de la recuperación. Especialistas alertan: tras la atención al diagnóstico y el tratamiento, el aporte nutricional dirigido podría marcar la diferencia entre complicaciones mayores y una evolución clínica óptima.
Avances reveladores en nutrición oncológica
Un estudio publicado el pasado marzo en The
Lancet Oncology demuestra que los pacientes que siguieron planes de
nutrición inmunomoduladora —ricos en ácidos grasos omega-3, aminoácidos de
cadena ramificada y micronutrientes como el selenio— redujeron en un 30 % las
infecciones relacionadas con la quimioterapia y disminuyeron su estancia
hospitalaria en promedio en dos días. Además, un metaanálisis de la Sociedad
Americana de Cáncer (American Cancer Society, 2024) concluye que el ajuste de
la ingesta proteica a 1,5 g/kg día durante el tratamiento oncológico mejora la
tasa de supervivencia global al año en un 18 % con respecto a dietas
convencionales.
Anemia y vulnerabilidad: cifras locales alarmantes
En general, el 85 % de los pacientes
oncológicos presentan algún grado de anemia por deficiencia de hierro. Un
estudio llevado a cabo en Perú, en 2021, mostró que al momento del diagnóstico
al menos un 40% de los pacientes presentan anemia por deficiencia de hierro y
que la prevalencia en cáncer hematológicos y tumores sólidos es de 60-70% y 40%
respectivamente (1). Este es un
factor que complica la tolerancia al tratamiento y eleva el riesgo de fatiga
crónica y caídas. Paralelamente, la ENDES 2022 indica que el 43 % de menores de cinco años y una de
cada tres mujeres en edad fértil ya arrastran anemia, lo que subraya la
necesidad de estrategias nutricionales tempranas y supervisadas.
1.
Garcia Arispe Jennyfer E.,
Loo-Valverde María, Chanduví Willer, Guillen-Ponce Rocio, De La Cruz-Vargas
Jhony A.. Anemia y supervivencia en pacientes con cáncer, un estudio peruano
con seguimiento de 5 años. Rev. Fac. Med. Hum. [Internet]. 2021 Ene
[citado 2025 Mayo 14] ; 21( 1 ): 90-100. Disponible en:
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2308-05312021000100090&lng=es.
http://dx.doi.org/10.25176/rfmh.v21i1.3460
Recomendaciones clave de los expertos
- Eliminación
de azúcares (sacarosa). Las células tumorales dependen de la glucosa
para proliferar. Según el Dr. Robinson Cruz, nutricionista especialista en
oncología, “restringir la sacarosa” durante todo el tratamiento ayuda a
contener procesos inflamatorios y limita la agresividad tumoral. Además,
es importante precisar que el problema está relacionado con la sacarosa
(azúcar común) y no con la lactosa (azúcar natural de la leche)”.
- Carbohidratos
complejos en porciones controladas. Cereales integrales, tubérculos y legumbres
aportan energía sostenida y favorecen la salud de la microbiota intestinal, esencial
para la inmunidad y la absorción de nutrientes.
- Proteínas de
alto valor biológico. Carnes magras, pescado azul, huevo y leguminosas deben ajustarse
a la fase de tratamiento para optimizar la reparación tisular y combatir
la anemia.
- Suplementación
bajo supervisión. Vitaminas, minerales y fórmulas de soporte inmunonutricional
solo bajo prescripción especializada, una práctica que ha mostrado mejorar
la respuesta a la radioterapia y disminuir inflamación del tracto
digestivo, en un 25 %.
Ejercicio: el aliado silencioso
Para el Dr. Cruz, presidente
de la Asociación Peruana de Nutrición Clínica Oncológica, ASPENCO, y del Comité
Internacional para la Elaboración de Consensos y Estandarización en
Nutriología, CIENUT, el mantenimiento de la masa muscular actúa como vacuna contra
la inflamación y el desgaste. “Programas de resistencia ligera y tonificación
adaptados al estado de cada paciente han demostrado incrementar en un 20 % la
tolerancia al tratamiento y reducir en un 15 % el riesgo de caídas y fracturas
en pacientes mayores” explica el especialista.
Con estos avances, la
convergencia entre nutrición de precisión y actividad física supervisada se
perfila como un pilar estratégico para transformar la experiencia oncológica:
no solo combatir la enfermedad, sino también mejorar la calidad de vida y los resultados
a largo plazo.
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