● Las personas deben consumir al menos 0.8 gramos por kilo de peso corporal, según la Organización Mundial de la Salud.
Salud en Casa.- Los peruanos consumimos apenas 4.3 días de proteína de origen animal y sólo 3.9 días de proteína de origen vegetal a la semana, según una encuesta realizada por Ipsos, lo que evidencia una preocupante disminución en la calidad de la dieta nacional y una amenaza directa a la salud pública, ya que una ingesta insuficiente de proteínas puede traer graves consecuencias.
Para la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la
Universidad Autónoma del Perú, Susan Gonzales, otra de las razones de este bajo
consumo es el desconocimiento que aún existe en torno a la importancia de este
nutriente. “Las personas creen que la proteína solo se debe incluir en dietas
para aumentar de peso o desarrollar masa muscular, cuando en realidad cumple
funciones vitales en el organismo, como la reparación de tejidos, la producción
de enzimas y hormonas, y el fortalecimiento del sistema inmunológico”, señala.
Gonzales advierte que una dieta deficiente en este macronutriente
puede derivar en problemas como fatiga crónica, mayor vulnerabilidad a
infecciones y retrasos en el crecimiento infantil. Además, recalca que el
acceso limitado a proteínas no solo compromete la salud individual, sino que
puede tener efectos negativos a nivel poblacional, como el aumento de la
desnutrición, bajo rendimiento escolar, menor productividad laboral, entre
otros.
“La Organización Mundial de la Salud recomienda que el consumo diario
de proteínas sea de al menos 0.8 gramos por kilo de peso corporal en adultos
sanos. Por ejemplo, una persona que pesa 70 kilos debería consumir
aproximadamente 56 gramos de proteínas al día para mantener un funcionamiento
óptimo de su organismo. Sin embargo, en muchos hogares peruanos esa cifra ni
siquiera se alcanza semanalmente, lo que evidencia una brecha nutricional
preocupante que debe ser atendida con urgencia”, agrega.
Cabe indicar que la proteína está presente en distintos alimentos como
carnes rojas, pollo, pescado, huevos y lácteos, así como en opciones vegetales
como menestras, quinua, frutos secos y derivados de la soya. Por ello, la
especialista recomienda diversificar las fuentes de este nutriente y fomentar
una educación alimentaria más accesible, que permita a las familias mejorar su
nutrición incluso con recursos limitados.
“Con pequeños ajustes en los hábitos diarios, mayor información sobre
fuentes accesibles de proteína y el impulso de iniciativas desde el Estado y
los hogares, es posible mejorar la nutrición de millones de peruanos. Esto no
solo implica cambiar la forma en que nos alimentamos, sino también garantizar
el acceso a alimentos nutritivos, educar sobre opciones económicas y promover
políticas públicas que faciliten una alimentación balanceada para todos”,
concluye la especialista.
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