viernes, 25 de julio de 2025

 ·        Durante el invierno, las infecciones respiratorias agudas aumentan y son una de las principales causas de hospitalización en menores de cinco años, según la OPS.




Salud e
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 Casa.- El clima frío recrudece y con él, los cuadros de tos, congestión y fiebre en los más pequeños. Las infecciones respiratorias agudas (IRA) se vuelven más frecuentes en esta temporada, y según la Organización Panamericana de la Salud, son una de las principales causas de consulta y hospitalización en niños menores de cinco años en América Latina. Ante esta situación, muchos padres recurren a soluciones rápidas en casa que, lejos de ayudar, pueden empeorar el cuadro clínico de sus hijos.


“La vulnerabilidad en los niños se debe a que su sistema inmunológico aún está en formación. Además, el contacto en espacios escolares facilita el contagio. Por eso es fundamental que los padres conozcan qué prácticas evitar y cómo actuar correctamente ante una infección respiratoria”, señala Nadezhda Cochachi Mendoza, docente de Enfermería Técnica del Instituto Carrión.

Si bien los padres intentan actuar rápidamente ante los síntomas, hay errores comunes en el manejo de las enfermedades respiratorias infantiles que pueden agravar la situación. La especialista detalla cuáles son y cómo evitarlos:


  1. Automedicación: el uso inadecuado de antibióticos, especialmente en infecciones virales, puede causar resistencia antimicrobiana, advierte la Organización Mundial de la Salud. Consultar siempre con un profesional de salud antes de administrar medicamentos.
  2. Remedios caseros no validados: Infusiones o plantas como el eucalipto pueden generar reacciones adversas en menores de 2 años, si no se administran bajo supervisión médica.
  3. Abrigar en exceso al niño: Aunque parezca contradictorio, el exceso de abrigo puede causar sudoración y elevar la temperatura corporal de forma innecesaria.
  4. Ignorar señales de alarma: Fiebre persistente, respiración rápida o retracciones toráxicas son síntomas que deben evaluarse inmediatamente.
  5. Mantener ambientes cerrados: La falta de ventilación favorece la propagación de virus respiratorios, especialmente en espacios reducidos.

En cambio, y aunque muchas veces se subestiman, hay prácticas clave que ayudan a prevenir contagios: el lavado de manos, la vacunación contra la influenza, evitar la exposición al humo de tabaco, ventilar los espacios cerrados y enseñar a los niños hábitos de higiene respiratoria, como cubrirse al toser. Además, es importante evitar el uso de humidificadores mal higienizados, mantener limpios peluches y ropa de cama, promover un buen descanso nocturno y fortalecer desde pequeños la educación en higiene personal.


“El sistema inmunológico nos protege constantemente de enfermedades. Cuando nos da señales de debilidad, no deberíamos ignorarlas. Un simple análisis de sangre puede ser diferencia entre prevenir una enfermedad grave o tratarla cuando ya es tarde”, concluye la especialista del Instituto Carrión.

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