sábado, 5 de julio de 2025

 

El tratamiento terminó, pero el amor, la fuerza y el acompañamiento continúan cada día



Salud e
n
 Casa.-Recibir el alta médica después del cáncer, es un momento esperado. Es una mezcla de alegría, alivio y emoción contenida. Pero, también es el inicio de algo nuevo: una etapa donde el niño no solo se recupera físicamente, sino también emocional y socialmente.


“El cáncer deja huellas. No solo en el cuerpo del niño, también en su rutina, en su forma de entender el mundo. Después del alta, empieza una nueva adaptación. El niño necesita reencontrarse con su vida, su colegio, sus juegos, su entorno”, comenta Christian Ames, Gerente General de la Asociación de Voluntarias por los Niños con Cáncer – Magia.

Es común que aparezcan temores: miedo a que la enfermedad regrese, a no sentirse fuerte, o a ser visto diferente. Por eso, acompañar las emociones es tan importante como seguir los controles médicos. A veces no se trata de tener respuestas, sino de estar ahí: abrazar sin preguntar, escuchar sin presionar, acompañar sin exigir.




El regreso al colegio puede ser una gran alegría, pero también un reto. Volver a ver a los amigos, retomar las clases, los recreos. Y al mismo tiempo, afrontar miradas curiosas, preguntas inesperadas o cierta inseguridad. Aquí, el papel de los docentes y compañeros es fundamental: crear un entorno que incluya y entienda al niño para que pueda sentirse otra vez “parte de”.

“Después del tratamiento, lo ideal es mantener una alimentación saludable, dormir bien, hacer algo de actividad física suave y, sobre todo, cuidar mucho el mundo emocional del niño. No por miedo, sino por amor. Porque ese cuerpo ha sido valiente y esa sonrisa ha costado mucho recuperarla”, señala Christian Ames de Magia.

Pero este nuevo camino no lo recorren solos. Los familiares cercanos han vivido la enfermedad de cerca. Algunos lloraron en silencio, otros sostuvieron sonrisas para dar fuerza. Ellos también necesitan espacios para sanar, compartir lo vivido y sentirse acompañados.                      

“Recibir el alta es cerrar una etapa difícil y abrir otra llena de posibilidades. Ya no es volver a cómo eran las cosas antes, sino comenzar una vida distinta, con más fuerza, más amor y nuevos sueños por cumplir.”, concluye Christian Ames de Magia.

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