- En Perú, cerca de 300 mil escolares presentan TDAH, pero este trastorno también persiste en la adolescencia y adultez, generando desafíos en el entorno familiar, académico y social.
Salud en Casa.- El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una de las condiciones neurobiológicas más frecuentes en la infancia, pero su impacto va mucho más allá de esa etapa. La falta de información no solo retrasa el diagnóstico, también afecta el desarrollo emocional, social y escolar de los niños, además de generar ideas erróneas sobre su origen, quiénes lo padecen y cómo tratarlo.
Este trastorno se manifiesta principalmente con problemas de atención, impulsividad y exceso de actividad, síntomas que suelen causar dificultades de interacción social y bajo rendimiento escolar. En muchos casos, los síntomas pueden ser intensos y causar problemas en la escuela, el hogar o con los amigos.
“El TDAH es una alteración neurobiológica que provoca alteraciones en el aprendizaje y en el comportamiento del niño. Sin embargo, no se trata de un diagnóstico exclusivo de la infancia, jóvenes y adultos también pueden padecerlo”, explica la psicóloga María Elena Escuza, directora de Psicología de la Universidad Norbert Wiener.
En el Perú, el Instituto Nacional de Salud Mental estima que cerca de 300 mil escolares conviven con este diagnóstico. Además, se calcula que entre el 5% y el 10% de la población total padece TDAH, lo que evidencia que no se limita solo a niños.
Diagnosticarlo correctamente implica seguir un proceso clínico riguroso, debido que no existe una prueba única. Se deben descartar otras condiciones con síntomas similares, como ansiedad o problemas del sueño, y considerar la información aportada por padres, maestros y, en algunos casos, por el propio niño.
Teniendo en cuenta ello y en torno al Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (13-julio), la Dra. Escuza identifica los principales mitos sobre esta condición.
1: “El TDAH solo afecta a los niños”
Falso. Aunque se diagnostica mayormente en la infancia, los síntomas pueden persistir durante la adolescencia y adultez, impactando la vida académica, laboral y social.
2: “Es causado por una mala crianza”
Falso. El TDAH tiene base genética y neurobiológica. Si bien el entorno familiar influye en cómo se gestionan los síntomas, no es la causa del trastorno.
3: “Los niños con TDAH no pueden concentrarse en nada”
Falso. En realidad, pueden enfocarse intensamente en tareas que les resultan estimulantes, como los videojuegos, pero les cuesta mantener la atención en actividades monótonas o poco motivadoras.
4: “Si puede jugar tranquilo, no tiene TDAH”
Un niño con TDAH puede mostrar atención selectiva. El diagnóstico requiere evaluar su conducta en distintos contextos y no solo en momentos puntuales.
5: “El TDAH se cura con pastillas”
Los medicamentos pueden reducir los síntomas, pero no curan el trastorno. El tratamiento es integral e incluye apoyo psicológico, orientación familiar y estrategias educativas.
“Un aspecto clave en el manejo del TDAH es el rol del entorno familiar y escolar. Se recomienda que los padres se informen y acompañen el desarrollo del niño en cada etapa. Esto permitirá comprender mejor las necesidades del niño y brindarle el apoyo necesario en cada etapa de su desarrollo”, concluye la psicóloga de la Universidad Norbert Wiener.
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