viernes, 15 de agosto de 2025

 

·         En la infancia pueden presentarse diversas alteraciones endocrinológicas, como la diabetes tipo 1, el hipotiroidismo congénito, la obesidad y los trastornos del crecimiento.



Salud e
n
 Casa.- La infancia es una etapa crucial para sentar las bases de una vida plena y saludable. Sin embargo, en el Perú, muchos niños enfrentan desafíos médicos desde sus primeros años. Entre ellos, las enfermedades endocrinológicas, como la diabetes tipo 1, el hipotiroidismo congénito, la obesidad infantil o la talla baja, están cobrando cada vez mayor visibilidad. Frente a este panorama, su detección temprana resulta fundamental para ofrecer un tratamiento oportuno y mejorar significativamente la calidad de vida de los pequeños pacientes.


De acuerdo con el Dr. Segundo Nicolás Seclén Santisteban, endocrinólogo y presidente de la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD), en numerosos casos estas condiciones pasan inadvertidas hasta afectar el desarrollo físico y emocional de los niños. Afortunadamente, muchas de ellas pueden prevenirse o controlarse de manera eficaz con un adecuado seguimiento pediátrico y la realización de tamizajes oportunos. “La educación de las familias y la articulación, especialmente en el primer nivel de atención, son clave para identificar factores de riesgo y actuar antes de que surjan complicaciones que pongan en riesgo su bienestar y desarrollo óptimo”, señala.


Por ello, en el marco del Día del Niño, que se conmemora el 17 de agosto, el especialista destaca las patologías endocrinológicas más frecuentes en la infancia y brinda recomendaciones para su prevención y tratamiento oportuno.


1.       Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1): enfermedad autoinmune que destruye las células del páncreas productoras de insulina, hormona que regula el azúcar en la sangre. Suele manifestarse en la infancia o adolescencia y afecta a unos 15 mil menores a nivel nacional. Aunque no se puede prevenir, la detección temprana es clave. Los signos de alerta incluyen sed excesiva, pérdida de peso repentina, fatiga y aumento de la frecuencia urinaria. Para su tratamiento, la Guía de Práctica Clínica para la Diabetes Tipo 1, aprobada por el Ministerio de Salud, recomienda el uso de insulinas análogas, así como los monitores continuos de glucosa (MCG), que permiten un control más preciso y automatizado.


 

2.       Obesidad infantil: patología cada vez más común en la infancia y se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. En el Perú, se estima que el 8.6 % de los menores de 5 años y el 38.4 % de los niños y adolescentes de 6 a 13 años presentan sobrepeso. Su prevención comienza en casa, con una alimentación equilibrada, menor consumo de azúcares y ultraprocesados, y actividad física diaria. El tratamiento requiere un enfoque integral con pediatras, nutricionistas, psicólogos y endocrinólogos, orientado a generar cambios sostenibles en los hábitos del niño y su familia para reducir complicaciones futuras.

 

3.       Trastornos del crecimiento: pueden manifestarse como una estatura significativamente inferior o superior al promedio para la edad y el sexo del niño. En Perú, el 13% de los menores de 3 años presenta talla baja para su edad y las causas pueden ir desde factores genéticos, nutricionales hasta alteraciones hormonales. El seguimiento periódico del peso y la talla en los controles pediátricos permite detectar a tiempo desviaciones en la curva de crecimiento del menor. Por lo tanto, el tratamiento dependerá del diagnóstico, e incluye desde cambios en el estilo de vida hasta la aplicación de hormonas de crecimiento bajo supervisión médica, si está indicado.

 

4.       Hipotiroidismo congénito: es una alteración en la glándula tiroides que impide la producción adecuada de hormonas tiroideas, esenciales para el desarrollo del cerebro y el crecimiento físico. En Perú, nacen anualmente 600,000 niños con esta enfermedad, la cual se detecta a través del tamizaje neonatal, una prueba que se realiza en los primeros días de vida. El tratamiento consiste en la administración diaria de hormona tiroidea, que permite un desarrollo adecuado si se inicia de manera oportuna. Por ello, el diagnóstico precoz es fundamental para prevenir consecuencias irreversibles, sobre todo cerebrales.


De igual manera, el Dr. Seclén resalta la importancia de promover una cultura de vigilancia constante del desarrollo infantil. “Es fundamental que padres, cuidadores y educadores estén atentos a cualquier señal que indique un posible desajuste hormonal. Un control pediátrico rutinario puede marcar la diferencia entre un diagnóstico tardío y una intervención oportuna que permita al niño alcanzar su máximo potencial físico y cognitivo”, indica el endocrinólogo.



Finalmente, el experto hace un llamado a reforzar el acceso a servicios especializados y a fortalecer el primer nivel de atención, de manera que los menores con sospecha de alguna alteración reciban un tratamiento eficaz y oportuno. “Contar con equipos médicos capacitados, pruebas diagnósticas accesibles y tratamientos actualizados es clave para garantizar el derecho de los niños a crecer sanos y desarrollarse plenamente para un Perú mejor”, concluye.




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