sábado, 27 de septiembre de 2025

 

  • Los tumores de tiroides y de testículo son neoplasias comunes en varones jóvenes, mientras que el de seno y los linfomas son frecuentes en mujeres.



Salud e
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 Casa.- Aunque la mayoría de personas asocia el cáncer con la adultez, esta enfermedad también afecta a adolescentes y adultos jóvenes. De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, cada año se diagnostican 1.3 millones de nuevos casos en el mundo en personas de entre 19 y 39 años.

En este grupo etario, las neoplasias más comunes son las de mama, tiroides, testículo y piel. También se presentan tumores en el encéfalo, sistema nervioso central, cuello uterino, colon, además de leucemias, linfomas y sarcomas.

El Dr. Yan Carlos Vargas Caycho, radio oncólogo y director de Oncodrip, advierte que normalizar las conversaciones sobre antecedentes médicos familiares puede salvar vidas. “Cuando una persona conoce los antecedentes médicos de sus abuelos, padres, tíos o primos, tiene la oportunidad de realizarse controles periódicos y adoptar hábitos más saludables”, señala.




Prevención y factores de riesgo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que al menos un tercio de todos los tumores malignos puede prevenirse con decisiones saludables: alimentación balanceada, actividad física frecuente, control de peso, vacunación contra el Virus de Papiloma Humano (VPH) y la hepatitis B, no fumar y moderar el consumo de alcohol.

Sin embargo, algunos tipos de cáncer, como los de mama, colon u ovario, tienen componentes hereditarios. De allí la importancia de conocer el historial médico familiar, lo que permite iniciar tamizajes tempranos o acceder a pruebas genéticas de manera oportuna.

Señales de alerta
Los síntomas en jóvenes pueden ser variados. Entre ellos:
  • Hinchazón inusual o hematomas anormales.
  • Cambios en la visión, audición, el habla o el equilibrio.
  • Dolores de cabeza persistentes y fatiga crónica.
  • Pérdida de peso inexplicable, sangrado anormal o presencia de bultos.
  • Sudoración nocturna excesiva, ganglios dolorosos tras beber alcohol o picazón continua.
“Si estas manifestaciones se repiten, lo mejor es acudir a un médico para un control completo”, recomienda el Dr. Vargas Caycho.
Tratamientos disponibles
Los métodos más empleados son la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia, según cada caso particular.
  • La cirugía busca extirpar el tejido canceroso y puede ser ambulatoria o requerir hospitalización.
  • La quimioterapia, administrada en algunos casos sin internamiento, puede provocar efectos secundarios como fatiga, náuseas o caída del cabello.
  • La radioterapia, por su parte, utiliza haces de alta energía y suele ser indolora, aunque puede ocasionar molestias temporales como vómitos o mareos

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