viernes, 24 de octubre de 2025

 

  De acuerdo con el Ministerio de Educación, más del 40 % de los estudiantes peruanos de secundaria presenta signos de estrés o desmotivación escolar.



   


Salud e
n Casa.- En las aulas peruanas, cada vez más estudiantes experimentan agotamiento emocional, un estado de estrés y desmotivación que afecta su disposición para aprender. Esta sensación, muchas veces silenciosa, se refleja en falta de concentración, ansiedad y desinterés, y ya se ha convertido en un desafío cotidiano para docentes y escuelas. El Ministerio de Educación (Minedu), a través de su informe sobre Bienestar Socioemocional Escolar 2024, reveló que 4 de cada 10 estudiantes de secundaria manifiestan estrés, ansiedad o falta de motivación hacia el aprendizaje. Una realidad que, según los especialistas, está transformando el rol docente y la dinámica educativa.

 

  Para la psicóloga Silvana Varela, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Autónoma del Perú, este agotamiento emocional es una respuesta al entorno exigente en el que se desarrollan los adolescentes.

 

  “Los estudiantes de hoy viven bajo una presión constante: rendimiento académico, redes sociales, expectativas familiares. Todo eso los sobrecarga emocionalmente y limita su capacidad de concentración y disfrute del aprendizaje”, explica la especialista.

 

    El Minedu advierte que esta fatiga emocional no solo impacta el desempeño académico, sino también el clima escolar. En aulas donde los estudiantes llegan desmotivados, los docentes enfrentan una doble tarea: enseñar y contener emocionalmente a su grupo.

 

   “Un maestro que entiende el estado emocional de sus alumnos puede cambiar el rumbo de la clase. Escuchar, dar espacio y reconocer las emociones no interrumpe la enseñanza; la fortalece”, sostiene la psicóloga.

 

   El informe ministerial también detalla que el estrés académico en adolescentes peruanos ha aumentado en más del 30 % en los últimos cinco años, especialmente tras el retorno a la presencialidad. Esto ha derivado en un incremento de casos de ansiedad y desinterés por los estudios.

 

   Ante ello, la especialista de la Universidad Autónoma del Perú propone estrategias concretas para abordar el problema desde las escuelas:



        Fomentar espacios de diálogo emocional al inicio de la jornada escolar.

        Incluir pausas pedagógicas breves para aliviar la tensión y mejorar la concentración.

        Capacitar a los docentes en acompañamiento socioemocional y autocuidado, para que no se vean desbordados.



“El bienestar emocional no es un lujo, es una condición para aprender. Un estudiante tranquilo y acompañado aprende más y mejor”, concluye la especialista.

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