viernes, 31 de octubre de 2025


Salud e
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 Casa.- En los últimos años, el kéfir ha ganado espacio en la conversación sobre alimentación saludable, y no es para menos. Este fermento natural, elaborado a partir de leche o agua y los llamados “nódulos o granos de kéfir”, contiene una comunidad viva de bacterias y levaduras beneficiosas que actúan directamente sobre la salud intestinal.


"Desde la nutrición, solemos decir que “el intestino es nuestro segundo cerebro”, y el kéfir puede ser un aliado para mantener ese equilibrio interno del que depende no solo la digestión, sino también nuestro estado de ánimo, defensas y bienestar general", sostiene la nutricionista del Portal Salud en Casa, Mayra Garay Rosadio. 


Un fermento con historia y ciencia.





De acuerdo a la especialista, el kéfir ha sido consumido por siglos como una fuente natural de microorganismos vivos. A diferencia de otros lácteos fermentados, contiene una mayor diversidad de probióticos, lo que lo convierte en un alimento con impacto real sobre la microbiota intestinal.


"Estudios recientes han mostrado que su consumo regular puede ayudar a mejorar la tolerancia digestiva, reducir la inflamación intestinal y fortalecer el sistema inmunológico. Además, muchas personas con sensibilidad a la lactosa logran tolerar mejor el kéfir que la leche convencional, gracias a la acción de las bacterias que degradan parcialmente este azúcar", sostuvo. 


Más que un alimento, una práctica de autocuidado.







Para Mayra Garay desde la mirada de Nutrición sin Prohibición, el kéfir representa mucho más que un fermento saludable: es un recordatorio de que podemos cuidar nuestro cuerpo desde el respeto, sin caer en modas extremas ni restricciones innecesarias.


"Consumir kéfir puede ser tan simple como tomar un vaso al día, incorporarlo a batidos, preparaciones caseras o usarlo como sustituto del yogur comercial. Lo importante es hacerlo de manera consciente, disfrutando del proceso y escuchando cómo responde el cuerpo", precisó.


Una invitación a reconectar.





"El kéfir es un alimento vivo que no solo nutre el intestino, sino también el bienestar emocional. En una época donde la salud se mide en listas de “permitidos y prohibidos”, recuperar el valor de los fermentos naturales es una forma de volver a lo esencial: alimentarnos con respeto, equilibrio y disfrute".


“No se trata de comer perfecto, sino de aprender a nutrirse con libertad y conciencia. El kéfir es solo un recordatorio de que el bienestar empieza desde adentro.”



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