Salud en Casa.- En un contexto donde crece el malestar emocional y la sensación de vacío interior, cada vez más personas buscan reencontrarse con su propósito y equilibrio. En el Perú, más de 1.7 millones de personas viven con depresión y, solo en 2024, el Ministerio de Salud atendió más de 250 mil casos de este trastorno, siendo las mujeres y los jóvenes los más afectados.
Más allá de los síntomas, muchos
describen una misma experiencia: la de sentirse estancados —emocional o
profesionalmente—, atrapados en patrones que se repiten y que impiden avanzar.
Frente a este panorama,
la psicología contemporánea viene integrando nuevas herramientas terapéuticas
que buscan abordar la raíz de ese sufrimiento desde una mirada más amplia y
humana. Entre ellas destacan las Constelaciones Familiares, y la Psicogenealogía,
enfoques que exploran cómo los vínculos familiares, las memorias emocionales y
las lealtades inconscientes pueden influir en la salud mental, las relaciones y
la prosperidad personal.
“La verdadera abundancia
no se busca afuera; nace cuando sanamos nuestra historia y nos reconciliamos
con quienes somos. Solo entonces la vida puede fluir con sentido y plenitud”,
explica Irma Reginaldo, psicóloga y directora del Instituto de Psicología IPIR,
una de las voces que impulsa este enfoque integrador en el país.
¿En qué consiste las
Constelaciones familiares y la psicogenealogía?
Ambas metodologías parten
de una premisa esencial: muchas de las dificultades actuales no se originan en
el presente, sino en dinámicas no resueltas dentro del sistema familiar.
Las Constelaciones
Familiares son una herramienta terapéutica de carácter vivencial que permite
observar esas dinámicas ocultas a través de representaciones simbólicas. Al
visualizar el lugar que cada miembro ocupa en el sistema —padres, abuelos,
hermanos, ancestros—, se revela información emocional que puede estar afectando
inconscientemente la vida de la persona. Este proceso busca restaurar el orden,
liberar cargas heredadas y reconciliar vínculos, permitiendo que la energía
vital vuelva a fluir.
Por su parte, la
Psicogenealogía estudia cómo las historias, creencias y patrones familiares se
transmiten entre generaciones. A través de la construcción del árbol
genealógico y la exploración de eventos clave —pérdidas, duelos, exclusiones—,
el individuo puede comprender el origen de ciertos bloqueos emocionales y sanar
memorias transgeneracionales que limitan su bienestar.
¿Cómo reconectarnos con
la abundancia interior?
Desde esta mirada, el
proceso de sanar no solo implica aliviar el dolor psicológico, sino ordenar el
sistema emocional y familiar, reconectando con la fuerza interna y el propósito
vital. Estas metodologías ofrecen alivio a quienes sienten que repiten los
mismos conflictos, atraen relaciones difíciles o no logran materializar sus
metas pese al esfuerzo.
En esa
línea, el Instituto de Psicología IPIR impulsa espacios de exploración interior
que integran cuerpo, mente y emoción. Uno de ellos es ABUNDANCIA, una
experiencia vivencial que invita a mirar hacia adentro y transformar las raíces
del bienestar. La jornada incluye dinámicas terapéuticas, movimientos del alma
y un retiro terapéutico denominado RENACE, pensado para acompañar procesos de
sanación integral cuerpo–mente–espíritu y resolver heridas emocionales que
limitan el bienestar y el éxito. Más información en las redes de Irma Reginaldo
“Cuando se ordena lo
interno, lo externo se transforma. La abundancia deja de ser una meta y se
convierte en un estado de conciencia. Si sientes que algo no está fluyendo en
tu vida, es momento de mirar hacia adentro y comenzar ese cambio”, concluye
Irma Reginaldo, directora del Instituto de Psicología IPIR.


0 comentarios:
Publicar un comentario