sábado, 20 de diciembre de 2025

 El calor, el sudor y la radiación incrementan los riesgos dermatológicos en los más pequeños.




Salud e
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 Casa .- El verano puede convertirse en un reto para la piel del bebé debido a su mayor sensibilidad y predisposición a irritaciones. La combinación de calor, humedad y exposición solar favorece la aparición de sarpullidos, brotes y quemaduras. “La piel del bebé es más delgada y reactiva, por lo que en esta temporada es fundamental reforzar las medidas de cuidado”, señala Diana Pocco Hinostroza, médico especialista en dermatología pediátrica de la Clínica Anglo Americana.



Entre los problemas más comunes se encuentra la miliaria rubra o sarpullido por calor, que se presenta como pequeñas erupciones rojas en zonas donde se concentra el sudor, como la frente, pecho o espalda. Suele mejorar con baños diarios y ambientes ventilados, aunque en algunos casos puede complicarse por sobreinfección bacteriana. Otro problema frecuente es la dermatitis por contacto irritativa al sudor, que afecta más a los bebés que usan pañal debido a la oclusión y maceración de la piel. Para prevenirla, se recomienda aumentar los cambios de pañal y aplicar cremas protectoras con óxido de zinc.



Los bebés con dermatitis atópica también pueden experimentar más brotes en verano. El sudor y las altas temperaturas desencadenan comezón en el cuerpo y cuero cabelludo, por lo que resulta indispensable reforzar el uso de syndets y mantener rutinas suaves de higiene e hidratación.



Protección solar: lo que sí y lo que no deben hacer los padres.


A partir de los 6 meses, se puede aplicar protector solar mineral SPF 50+, preferentemente en crema, 20 minutos antes de la exposición y reaplicarlo cada dos horas o después del contacto con agua o sudor. Sin embargo, la recomendación principal sigue siendo evitar el sol directo, especialmente en menores de un año. “Incluso con protector, los bebés deben permanecer en sombra y evitar los horarios de mayor radiación entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde”, advierte la Dra. Pocco.



La ropa también juega un papel clave. Se recomienda elegir prendas con protección UPF 50+, de manga larga y colores oscuros o vivos para absorber mejor los rayos UV, así como sombreros de ala ancha que cubran el cuello y las orejas.



En cuanto al baño y cuidado diario, los bebés deben tener baños breves, preferentemente diarios; y si sudan mucho, pueden bañarse dos veces al día, una con syndet y otra solo agua. Si se observa resequedad, se recomienda aplicar una crema humectante ligera.



En piscinas, se recomienda usar sandalias y solo quitárselas para ingresar al agua, de esa forma se evita caminar descalzo en los bordes húmedos por riesgo de infección de hongos o verrugas. Además, se debe mantener al bebé bien hidratado y asegurar la constante reaplicación del protector. En bebés con piel sensible o antecedentes dermatológicos, se debe reforzar el uso de emolientes ligeros y preferir jabones y shampoos tipo syndet. “En niños con dermatitis atópica o piel muy reactiva, una consulta temprana ayuda a personalizar cuidados y disminuir los brotes durante toda la temporada”, agrega la especialista.



Con una rutina adecuada y medidas de prevención consistentes, es posible proteger eficazmente la piel del bebé y disfrutar de un verano seguro y sin complicaciones.

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