Tras años sin monitoreo sostenido, el país enfrenta el riesgo de retroceder en la prevención de la deficiencia de yodo.
Salud en Casa — En el Perú, el programa de yodación de la sal logró la eliminación de los trastornos por deficiencia de yodo hace décadas, pero la vigilancia sistemática que lo sustentaba se ha debilitado. Se ha debilitado debido a la falta de monitoreo continuo.
Investigaciones recientes a nivel de hogares muestran que en el Perú 21,8% de los hogares tienen sal con concentraciones de yodo consideradas insuficientes (< 30 ppm) para la prevención de trastornos por deficiencia de yodo.
Ante esta brecha, el proyecto “Tiroides Móvil 2.0” — dirigido por el Dr. Eduardo Pretell y desarrollado en colaboración con la Universidad Peruana Cayetano Heredia, el Centro Nacional de Alimentación, Nutrición y Vida Saludable (CENAN), el Iodine Global Network (IGN) y la compañía de ciencia y tecnología Merck Perú— recorre 23 ciudades para evaluar el estado de la función tiroidea, el nivel de yodo en la sal doméstica y otros indicadores clave.
“Es imprescindible volver a vigilar de forma rigurosa la cobertura y calidad de la sal yodada en todo el país, porque de lo contrario corremos el riesgo de perder lo que tanto costó alcanzar”, advierte el Dr. Eduardo Pretell, médico endocrinólogo, ex ministro de salud y ex presidente de la Sociedad Peruana de Endocrinología.
¿POR QUÉ ES VITAL ESTA VIGILANCIA?
La yodación de la sal es considerada la intervención nutricional más efectiva y rentable para prevenir la deficiencia de yodo, que puede afectar el desarrollo cerebral, la audición y el lenguaje en niños.
Efectivas políticas de salud anteriores llegaron al Perú a eliminar los trastornos por deficiencia de yodo en nuestro país con el compromiso de sostenibilidad. Sin embargo, estudios recientes revelan que la cobertura de sal adecuadamente yodada se ha vuelto desigual, especialmente en regiones rurales o de la sierra. Sin un sistema robusto de vigilancia, se pierde la capacidad de detectar zonas de riesgo, falla en la implementación de correcciones y se desaprovecha la evidencia para guiar políticas públicas efectivas.
Por ello, cobra especial relevancia el proyecto “Tiroides Móvil 2.0”, una iniciativa que busca obtener información precisa sobre la situación actual del país frente a la deficiencia de yodo y establecer acciones concretas para enfrentarla. Su objetivo es evaluar en cada región la calidad de la sal de consumo doméstico —verificando su contenido de yodo, almacenamiento y distribución—, así como medir directamente el estado nutricional de yodo y la función tiroidea en poblaciones vulnerables como niños, gestantes y mujeres en edad fértil.
Los datos recopilados permitirán al Ministerio de Salud y a las autoridades regionales identificar brechas en la vigilancia sanitaria y fortalecer las políticas públicas a través de una mejor legislación, controles de calidad, capacitación a productores y mecanismos de fiscalización más efectivos.
El regreso a una política activa y sostenida no solo protege la tiroides, sino que también preserva el desarrollo cognitivo, auditivo y del lenguaje de las próximas generaciones.


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