jueves, 11 de abril de 2013


Hay que vitar el dialogo del "loro y el búho", con los adolescentes, donde los padres o adultos les repetimos siempre lo mismo sin cansarnos y ellos solo les queda oír.

 
Muchos padres de familia se sienten perturbados cuando sus hijos presentan actitudes agresivas o  retraídas, sin saber que ellos mismo son los causantes de estos problemas. Ya que están muy preocupados por dar órdenes y "moldear " a ese hijo que han imaginado, llenándoles de cosas materiales, que "ellos" no tuvieron, manifestó la psicóloga Eva Caballero.
 “Muchas veces veo en mi consultorio estos casos debido a  que por aspiraciones paternas los hijos se esfuerzan por un rumbo que ellos no escogieron por lo tanto estarían convirtiéndose en un gran impostor, triste y poco comunicativo. Asimismo porque en su momento los padres no cerraron filas para decirle a ese hijo un "NO" saludable que lo haga reflexionar sin sentirse maltratado”, sostuvo.
 Según la especialista, los problemas más comunes en los jóvenes se dan en distintas áreas: Emocional, conductual, escolar, sexual, alimentación, uso de alcohol y drogas, todos estos manifestados principalmente en " la rebeldía " que empieza como un despertar de su personalidad con la conciencia de ser alguien diferente.
 “De esta, se derivan entonces algunas formas de conducta tales como el miedo, de actuar tal como ellos son, por a ser censurados, lo cual los hace refugiarse en sí mismos, adoptando una protesta muda o violenta, las reglas, la que consiste en ir en contra de ellas por que perciben un mundo de adultos no tan sincera hipócrita y el crecimiento desarmónico de su cuerpo y que ellos no son conscientes y no saben por qué.
 
Accionar de los padres
 
Según Eva Caballero  si no lo hicimos "nunca " es el momento de "conversar" y " escucharse", que es diferente a "comunicarse" y oír solamente. Porque  si hacemos lo primero, llegaremos a convertir a nuestro hijo en un ser autónomo dotado de libertad y seguridad preparado para los tropiezos de la vida y en la segunda solo comunicaremos " nuestra idea" y tal vez con ello lo sobreprotegeremos, rodeándolo de un exceso de información y prevención que a la larga se transforma en un "salvavidas de plomo."
 “Hay que vitar el dialogo del "loro y el búho", con los adolescentes, donde los padres o adultos les repetimos siempre lo mismo sin cansarnos y ellos solo les queda oír, entrando a un círculo vicioso sin resultado alguno”, precisó.
 "Es preciso llegar al corazón de los jóvenes, es importante ya que con ello tocaremos su alma, conversar con ellos en una escucha activa, sin juzgarlos; hacerles comprender que si viven sin límites la sociedad lo hará si o si y no tendrán tal vez oportunidad de retroceder. Establecer modelos y normas de conducta no es algo cómodo, es trabajoso y antipático, pero no podemos cansarnos nunca de ser padres y como tal debemos "Ser y hacer”; y siempre recordar que la fotografía de un hogar son los hijos”, agregó.

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