domingo, 5 de enero de 2014

Lima, ene. 05 (ANDINA). Los agresores y las víctimas de violencia de género provienen, por lo general, de hogares disfuncionales y adoptan esquemas de pensamiento machista y tienen una baja autoestima, sostuvo Víctor Alcázar, médico psiquiatra del Hospital Hermilio Valdizán.
 
“Tanto el agresor como la victima comparten características comunes, como  la adopción de esquemas de pensamiento rígidos y machistas, una pobre internalización de los conceptos de familia, pareja y amor", manifestó.
 
Explicó que en estas personas predomina las necesidades afectivas individuales o egoístas, lo que afecta la vida en familia.
 
Alcázar Mendoza refirió que el Plan Estratégico de Salud Metal del Ministerio de Salud propone diferentes medidas para enfrentar este problema, entre ellas la implementación de equipos de salud (personal especializado) en cada hospital y región del país.
 
“Es necesario un  fortalecimiento de los servicios existentes en cuanto a personal e infraestructura ajustándolos a la demanda actual, la participación interdisciplinaria, generación de programas de psicoeducacion dirigidas a adolescentes y parejas jóvenes e implementar la obligatoriedad de la asesoría de pareja y de familia como requisito matrimonial o para la convivencia”, enfatizó.
 
Por su parte, la psicoterapeuta Eva Caballero Jiménez sostuvo que la agresión de los hombres a sus parejas y, en casos extremos, el feminicidio no se da de un día para otro o en pocas semanas, sino que ocurre después de un cierto tiempo de andar en pareja.
 
“El agresor actuará al inicio de la relación encubierto con una personalidad muy pasiva para luego convertirse en el hombre con los derechos que según él fue ganando. Estas personas por lo regular son muy demandantes en la relación, así como hipersensitivos al rechazo, son controladores natos y violentos”, indicó.
 
De acuerdo a la experta, el hombre agresor poco a poco va manipulando las emociones, sentimientos de la pareja, de tal manera que llega un momento en que la culpable de todo lo que sucede es ella y no él, y se lo hace saber en todo momento.
 
“Dentro de esta insana relación, el agresor ha acumulado frustraciones y las descarga de manera violenta. Esta fase es de mucho peligro porque puede llegar al feminicidio", advirtió.
 
(FIN) NDP/LZD

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