sábado, 29 de marzo de 2014

Los nuevos solteros eligen no tener un cónyuge ni hijos para estar satisfechos. El éxito profesional y económico es su meta 

Roxana Silva

Diario El Comercio.- Hasta hace poco, ser soltero pasados los 30 años, sin hijos y sin ningún tipo de compromiso sentimental eran signos de que algo estaba mal. Los tiempos han cambiado y la población soltera cada día aumenta en el Perú. Según el último censo nacional del 2007, del Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei), sobrepasa los 8’000.000. En este contexto, los neosolteros están ganando terreno. 
 
Estas personas poseen un modelo de vida diferente a los patrones tradicionales, que contemplan casarse, tener niños, un perro y una linda casa con jardín. Ellos son felices de otra manera. Son profesionales muy calificados, independientes, seguros de sí mismos, con un alto nivel cultural, a quienes les encanta viajar, capacitarse, visitar bares y restaurantes, así como cuidar su estado físico. En resumen, son hombres y mujeres que apuestan por un tipo de existencia en la que predominan los valores individuales.
 
¿Qué factores han contribuido al desarrollo de este fenómeno social en nuestro país? Para Liuba Kogan, jefa del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad del Pacífico, un factor es el buen momento económico que atravesamos. “Desde hace un par de años, los jóvenes de los segmentos medio y medio alto han comenzado a tener trabajos más interesantes y bien remunerados, que les permiten disfrutar de una mayor independencia”, señala. 
 
Esta autonomía no solo se refleja en su poder adquisitivo; también en sus gustos y preferencias. Valoran su calidad de vida y no piensan renunciar a sus comodidades. Más bien, las buscan y las disfrutan al máximo. No les gustan las ataduras y su mayor compromiso es con ellos mismos.
 
Las nuevas generaciones ahora tienen mayores posibilidades de viajar, de conocer distintas realidades y de estudiar en otras latitudes. Todos estos aspectos han variado sus patrones de desarrollo personal. 
Formar una familia, mantener una relación estable no están en su lista de prioridades.
 
Ellos se concentran en otras cosas. Por ejemplo, en escalar posiciones en sus empresas, en seguir maestrías o doctorados que les permitan ampliar sus conocimientos o en adquirir artículos que les agradan, como tecnología, ropa, tours, etc.  
 
El psicoterapeuta Manuel Saravia, director del Instituto Guestalt de Lima, aclara que los neosolteros no son narcisistas ni egoístas ni personas traumadas por culpa de una mala relación amorosa. 
Son gente con un estilo de vida distinto al de la mayoría. Aman su libertad y no les molesta estar solos; al contrario, eso les permite actuar con total independencia.  
 
Con calma
Los neosolteros no se niegan a tener un noviazgo o un hijo, pero tampoco es algo que les preocupa, afirma Manuel Saravia.
 

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