jueves, 13 de marzo de 2014

Prevención. Psiquiatras y psicólogo afirman que un hijo victimario de sus padres no surge de la noche a la mañana. 
         
Diario La República.- Lo ocurrido con Stephanie, la quinceañera acusada de matar a su mamá adoptiva y dormir con el cadáver de ella por dos meses, no solo es el cuarto caso de parricidio que aparece a través de los medios de comunicación del país (Giuliana Llamoja, 'Elita' y Marco Arenas). También es uno muy particular: demuestra que si bien no hay un perfil psicológico definido del hijo que quita la vida a su madre, sí se puede ver que sus trastornos pueden empezar desde la infancia con conductas antisociales.
 
Esta es la conclusión a la que llega el psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, Freddy Vásquez.
 
"Los hijos de ocho y nueve años que dan golpes a sus padres y les dicen que no los quieren o los odian porque no cumplen sus caprichos, vienen formando un perfil psicopático y antisocial", advierte el especialista, quien agrega que estos actos "marcan un hito" que los progenitores no deben pasar por alto, ni menos deben creer que es algo pasajero.
 
"El error de los padres de familia es no darle importancia y dejar pasar estas peligrosas acciones, sobreprotegiéndolos (a los hijos) y pensando que se trata de cosas de niños cuando no son así", sostiene Vásquez.
 
Otra llamada de alerta sucede cuando el menor es violento y eso se refleja en el colegio. "Si eso ocurre una vez puede ser normal, pero si ya los padres acuden a la escuela (por estos casos) en tres o cuatro oportunidades al mes, es una llamada de alerta de que el niño forma una personalidad antisocial", refiere.
 
En estos casos, cuanto más rápida sea la evaluación psicológica, es mejor.
 
No es repentino
 
El psicólogo Manuel Saravia es otro especialista preocupado por este problema. La República le consultó qué sucede con los hijos que asesinan a sus padres sin remordimiento alguno. "Una persona no se convierte en parricida de la noche a la mañana", aclara Saravia.
 
"Sus distorsionadas acciones se observan desde la infancia a través de las  malas conductas que muestran en el día a día", añade.
 
Ya de adolescentes, continúa Saravia, estos hijos son apasionados y actúan de manera irracional, incluso, le dan poca importancia a los padres. "Y al no tener empatía con ellos, lejos de dejarse corregir, reaccionan de manera impulsiva y violenta", manifiesta el especialista. Es así que ocurren después estos sonados crímenes en el país.
 
Según Saravia, los jóvenes parricidas conocidos muestran un trastorno en la personalidad que se refleja en su frialdad. "Es lo que llamamos la cosificación de la persona, porque ve a su madre como un objeto con el que puede hacer lo que quiere", asegura.
Entonces,¿qué se debe hacer para evitar todo esto?
 
Pérdida de valores
 Los padres deben establecer los límites de su hijos, recomienda Manuel Saravia, del Instituto Guestal. "Tanto niños como adolescentes deben aprender a controlar sus impulsos porque después necesitarán de terapias y hasta medicación para evitar estos momentos lamentables".
Para el psicoterapeuta Enrique Roig, los crímenes de estos últimos meses demuestran la falta de valores que se vive en la sociedad actual.
 
En tanto, el reconocido psquiatra Martín Nizama postula que se está deshumanizando la sociedad y eso es peligroso. "La modernidad, la tecnología y lo material están convirtiendo a las personas en unos sujetos con cero espiritualidad, cero familia y cero valores", indica.
 
Resentidos
 
“Los parricidios que cometen hijos adoptivos muchas veces guardan un fuerte resentimiento contra los padres biológicos y políticos”, refiere Freddy Vásquez.
 
Hoy en día, de 10% a 15% de peruanos tienen una conducta antisocial que terminaría en algún tipo de crimen o delito.

0 comentarios:

Publicar un comentario