lunes, 7 de julio de 2014

CanalN.pe.- Pabellones psiquiátricos de las prisiones peruanas, como el penal de Lurigancho, están llenos de enfermos de esquizofrenia, pacientes tratados a destiempo y que en algunos casos, si se les añade la pobreza, terminan en tragedias como asesinatos. 

Durante la última semanar, dos madres veinteañeras de escasos recursos agredieron a sus hijos, una de ellas hasta provocarle la muerte. En ambas el temible rostro de la locura asomaba por sus ojos.
Esta es una de las consecuencias de la temible Esquizofrenia, cuando no ha sido tratada adecuadamente. Una enfermedad que alcanza a 300 mil peruanos, alrededor del el 1% de la población mundial. 

Dos dramas que nos confrontan como sociedad a la pésima situación en que se encuentra le lucha contra problemas de salud mental en el Perú, país en el que solo hay 380 psiquiatras para 30 millones de habitantes; es decir, un solo profesional por cada 80 mil habitantes y el Seguro Integral de Salud (SIS) recién hace un año que proporciona pastillas para patologías como la esquizofrenia

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