miércoles, 19 de noviembre de 2014

Es importante que consumamos nuestros alimentos en horarios y proporciones adecuadas, en especial si se es trabajador o estudiante.
        
Diario La República.- Una alimentación balanceada y a las horas adecuadas es primordial para mantenerse en forma, con energía y con buen estado de salud. Sin embargo, en la actualidad las diferentes actividades que realizamos diariamente complican seguir los patrones de alimentación, causando un desbalance en nuestro organismo.  
 
Más aún, si una persona estudia y trabaja, la rutina es más tensa y se reducen automáticamente los tiempos, alterando los horarios del desayuno, almuerzo y cena. Por todo ello, es necesario consumir los alimentos adecuados que van a fomentar el buen funcionamiento del organismo, ayudando a no enfermarnos ni a perder energía durante el día. 
 
“El cuerpo necesita diferentes nutrientes para que realice todas sus funciones básicas sin ninguna dificultad. Por eso, el desayuno lo debemos tener como prioridad, ya que es el primer alimento del día, recordando que venimos de un ayuno de ocho horas durante las que no hemos probado nada de comida ni agua”, explica Neliza Zúñiga, nutricionista de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS). 
 
El desayuno es importante para comenzar bien el día, pero debe ser una alimentación que contenga un valor nutricional de calidad. Por ejemplo, consumir cereales, productos lácteos como leche, huevo, mantequilla, ayudará a proveernos de energías, lo cual nos permitirá estudiar y trabajar con cierto nivel. 
 
En la media mañana se debe consumir una fruta o un vaso de yogurt para ayudar a controlar el peso y a mejorar el rendimiento en la universidad o en la oficina. En el almuerzo, se debe consumir algo más completo, contundente y no ingerir muchas frituras de manera constante porque alterarán la composición química. 
 
Debemos tener presente que es mucho más saludable almorzar una fuente de proteínas como pollo, pescado, carnes blancas, pavita, así como porciones de verduras, algunos cereales en base a trigo y kiwicha. No podemos dejar de lado los tubérculos como la papa, yuca, camote, y menestras como las lentejas, garbanzos y frejoles. 
 
En cuanto a la cena, no debe ser abundante ni en porciones grandes, todo lo contrario, debemos cenar porciones ligeras, sobre todo si vamos a acostarnos inmediatamente después de comer. “No debemos comer en abundancia antes de acostarnos, pero tampoco debemos dormir con el estómago vacío”, asegura la especialista. 
 
En cuanto a las bebidas, no se recomienda tomarlas cuando estamos almorzando o cenando, ya que eso ocasiona sensación de llenura en nuestro estómago. Se recomienda tomar todo tipo de líquido después de nuestros alimentos. Las bebidas de preferencia tienen que ser naturales, jugos por ejemplo, y no debemos de abusar de los refrescos artificiales ni de las gaseosas.
 
CLAVES
porcentajes. Del total de calorías, el 60% deben ser carbohidratos (cereales, granos, tubérculos, menestras), el 10% proteínas (de origen animal, como carnes, huevos, lácteos; y vegetal, como menestras y semillas), y el 30% grasas (fuentes vegetales).
 
consejo. La nutricionista de la UCSS aconseja no mezclar menestras con frituras. Es mejor acompañarlas con guisos, asados, presas horneadas o sancochadas, etc.

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