domingo, 12 de abril de 2015

Sostiene especialista del hospital Arzobispo Loayza


Agencia Andina.- Los doctores del hospital Loayza están haciendo lo posible por salvar los pies de pacientes diabéticos con orden de amputación mayor, en aplicación a una filosofía médica que tiene como principal objetivo conservar sus extremidades inferiores para que puedan tener una vida normal.

Por ello, el especialista de dicho nosocomio, el endocrinólogo Luis Neyra Arizmendiz, exhortó a sus colegas a que busquen otras alternativas antes de tomar la decisión de amputar algún miembro del cuerpo humano.

Uno de los beneficiarios de esta disposición en el tratamiento del Hospital Loayza fue Luis Alberto Valverde Cruz (46), natural de Piura, quien el año pasado llegó al hospital por una herida que se hizo al intentar retirarse un callo en el pie derecho. 

Al ver recuperado su pie de forma superficial, decidió no completar el tratamiento indicado por el doctor Luis Neyra Arizmendiz.

“Decidí regresar a trabajar en la mina, en Cusco, y de un momento a otro se me empezó a hinchar la pierna y me trasladaron al seguro donde estuve 6 días internado. Me tuve que retirar de manera voluntaria porque la orden era amputarme el pie”, refirió Valverde. 

Agregó que fue en busca de diferentes opiniones médicas y todas coincidieron en que la única solución era amputarle la pierna desde la cadera. Durante ese tiempo, la infección en la pierna empezó a generalizarse hasta la altura de la cintura, se le hinchó el rostro y sus testículos llegaron a tener hasta 10 veces su tamaño normal

Fue entonces cuando el paciente acudió nuevamente al doctor Neyra quien, con apoyo de su equipo multidisciplinario, le realizó limpiezas quirúrgicas de emergencia, eliminando la infección en la pierna de manera notable. A partir de ello, le dio un tratamiento a base de antibióticos y otros medicamentos, además de las curaciones en la zona afectada. 

“Después de 5 meses de tratamiento, mi pierna pudo salvarse. Tengo una pequeña herida en el pie y solo fue amputado un dedo. Aún sigo el tratamiento y por ahora puedo asentar el pie. Después de mis terapias de rehabilitación voy a poder caminar”, contó el paciente.

Finalmente, indicó que, después de todo lo que pasó por un simple callo, aprendió que es muy importante completar y terminar el tratamiento, sobre todo en un paciente diabético; por ello, quiere que su caso se conozca para que otros no cometan el mismo error

Corriendo por la vida 

“Tuve un accidente laboral y me di un golpe en el pie derecho. Como era de esperarse, se hinchó de manera constante y al inicio no le di la importancia necesaria porque pensé que solo se iba a curar. Al ver que no había recuperación decidí ir al Hospital Loayza, en donde me entero que era diabético”, relató el paciente Gilmer Murrugarra Rodríguez (65), quien no sabía de qué manera podía afectar la diabetes en la recuperación de su pie.

El paciente contó que primero fue visto por un especialista en emergencia, quien le dijo que se le realizaría una amputación desde la rodilla. No obstante, una segunda opinión médica fue realizada por el doctor Neyra, quien le recomendó que sólo se ampute la parte gangrenada -medio pie derecho-. Y así se hizo

Gracias a la hábil intervención del endocrinólogo, Murrugarra pudo conservar gran parte de su pie, y hoy con un tratamiento a base de inyecciones, pastillas, cremas, y limpiezas, lleva una vida normal, dentro de lo posible. 

“Desde hace 10 años puedo hacer mi vida normal, trabajar, que para mí es lo más importante, caminar y hasta realizar actividad física. Para un buen control de mi salud, corro 4 kilómetros diarios y mi dieta no contiene azúcar, pan blanco, harinas, arroz, ni fideos”, confiesa.

El doctor Luis Neyra Arizmendiz precisó que en promedio se atienden 300 casos mensuales en el "Programa de Pie Diabético" y hay 10 casos a la semana con indicación de amputación. Estos casos son salvados en su mayoría por el tratamiento adecuado que brindan en el programa. 

“Las personas diabéticas deben tener especial cuidado en sus pies, porque están propensos a sufrir laceraciones y posteriores úlceras, infecciones, destrucción del tejido y, en casos extremos, amputación de las extremidades inferiores”, señala el especialista.

Esta situación se debe, explica, a que la diabetes genera disfunción de las glándulas sudoríparas por neuropatía autonómica -daño a los nervios que afecta también a los pies- y por una mala circulación en las extremidades inferiores.

"Todas estas lesiones iniciales, a pesar de ser pequeñas, pueden infectarse fácilmente y ocasionar mayores complicaciones, como úlceras e incluso gangrena, porque además el sistema inmunológico en este tipo de pacientes es deficiente”, asegura. 

¿Qué cuidados tener en cuenta? 

El doctor Neyra señala que es esencial tener un buen control metabólico del azúcar en sangre la sangre y estar atentos a los niveles de  colesterol, presión arterial y peso para prevenir algún tipo de lesión en los pies. Evitar caminar descalzo y, en vez de ello, adquirir un calzado que sea confortable, terapéutico, holgado y, de preferencia, cerrado para una mayor protección. 

Las medias, precisa el endocrinólogo, deben ser de algodón para mantener los pies frescos y del mismo modo se debe evitar todo tipo de material sintético sobre dicha zona. 

Asimismo, recomienda el empleo de jabón de glicerina para el aseo diario de los pies, también el agua tibia y toallas limpias para evitar la aparición de hongos y otros microorganismos. En lo posible, agregó, hay que acudir al podólogo para que este realice el corte de uñas y el tratamiento de callos. 

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