domingo, 26 de abril de 2015

Señala Instituto Nacional de Salud Mental


Agencia Andina.- Cada episodio de depresión en una persona tiene un efecto económico negativo cercano a los 3,000 mil soles, estimó el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado Hideyo-Noguchi (INSM).


Humberto Castillo Marcell, director general del INSM, sostuvo que fuera de los efectos adversos asociados a la depresión, como el deterioro gradual de la salud, llegando incluso hasta el suicidio. "Esta enfermedad mental, la primera del Perú, genera pérdidas económicas considerables, manifestó.

El psiquiatra refirió que las investigaciones en economía de la salud muestran que los problemas de salud mental ocupan el primer puesto en la carga económica derivada de las enfermedades crónicas más frecuentes y contribuyen a la reproducción del círculo de la pobreza.

"Estas pérdidas se dan porque las personas que atraviesan estos trastornos, por lo general abandonan el trabajo, así como cualquier emprendimiento o actividad productiva que hacían, ocasionando la disminución de sus ingresos familiares. Esta baja actividad laboral y otros efectos económicos terminan impactando en la productividad del país", afirmó.

Precisó que de acuerdo a estudios realizados en 2012, las adicciones generaron pérdidas por más de 1,000 millones de nuevos soles al Perú, los trastornos por abuso y dependencia de alcohol lo hicieron por más de 6,000 millones de nuevos soles y la depresión, por más de 5,000 millones de soles.

Castillo Marcell anotó que esta problemática se agudiza por lafalta de profesionales dedicados a responder a los problemas de salud mental, dado que existen aproximadamente 700 psiquiatras y 1,500 psicólogos en el país y la mayoría se encuentra en Lima. 

Ante esta realidad -dijo- el Estado peruano, en el marco de la Reforma de Salud, ha definido una política integral orientada a prevenir, tratar y curar los problemas de salud mental con un enfoque de derecho e inclusión social. 

"En esta línea ya se empezó a trabajar con el aseguramiento universal para acercar los beneficios del sistema de salud a los sectores más vulnerables", refirió. 

El funcionario detalló que desde el año 2009 el Estado peruano cubre formalmente el diagnóstico, tratamiento, consultas y medicamentos para las enfermedades mentales, pero en la práctica lo hace desde el 2013. 

"Los tratamientos pueden realizarse dentro de centros de salud u hospitales especializados. La duración de los tratamientos varían, van de seis meses a un año. A los 15 días de iniciados, el paciente ya empieza a sentir cambios positivos", afirmó.

El siguiente paso en el que ya se trabaja es la conformación de una gran red de atención en salud mental, que implica fortalecer el primer y segundo nivel de atención primaria, adelantó.

"Se buscará que los pacientes con necesidades de atención en salud mental -identificadas o no por ellos- sean observadas y atendidas no solo por psicólogos y psiquiatras, que verían los casos más complejos, sino por todos los profesionales de salud, en sus respectivos ámbitos de competencia", señaló Castillo Marcell.

El gran desafío será transmitir el saber psicológico y psiquiátrico, así como acompañar y enseñar a los médicos generales y otros profesionales de salud a atender los problemas básicos de salud mental, para que cuando los pacientes lleguen a consulta se les pregunte también por aspectos emocionales con el objetivo de diagnosticar los diversos problemas de salud mental que aquejan a nuestra población, dijo finalmente.


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