domingo, 19 de abril de 2015

Si antes la mayoría de infartos se registraba en adultos de 60 años o más, hoy los sufren personas cada vez más jóvenes. Hay que prevenir.
Jorge Casana Bejarano, 
Especialista en Cardiología Intervencionista

Revista Domingo.- Hasta hace una década la mayoría de infartos aparecía en adultos de 60 años o más, pero ahora se presentan casos en personas de entre 20 y 30 años de edad. El sedentarismo, los malos hábitos alimentarios, el mayor consumo de sal y grasas, el tabaquismo, el consumo de cocaína, y el estrés traen consecuencias: hipertensión arterial, obesidad, tabaquismo, diabetes, enfermedades renales, aumento de grasas en la sangre y otras enfermedades que conducen a una ateroesclerosis cada vez más precoz en la población, y de allí la aparición anticipada de problemas de infarto y sus consecuencias. Cada vez son más las noticias de personas jóvenes, "sanas" y activas, que súbitamente fallecen víctimas de un infarto fulminante.

Los síntomas previos a un infarto son: falta de aire, ardor o presión en el centro del pecho al caminar o hacer un esfuerzo físico, opresión en medio del pecho en reposo, palpitaciones, sudoración, palidez, eructos y náuseas. Estos pueden estar presentes semanas o días antes de ocurrir el evento agudo o iniciarse súbita y progresivamente. Ante ello, la medida más importante es conducir a la persona a un centro médico y no perder el tiempo, ya que a más tiempo más destrucción de músculo cardiaco, mayores complicaciones y peor pronóstico de sobrevida. Es muy importante administrar ácido acetil salicílico (aspirina) en tableta de 325 a 500 mgr, masticada por vía oral.
En la Clínica Ricardo Palma contamos con un sistema de atención 24 horas para atender dichos eventos con rapidez y eficacia. Contamos con especialistas, emergencista, cardiólogos, intervencionistas y una sala de cateterismo cardíaco provista de un nuevo cineangiografo de última generación y de tecnología de punta, con el cual se puede lograr un diagnóstico inmediato y preciso para proceder a un tratamiento eficaz. 
La mejor conducta es la prevención. Evitemos comportamientos nocivos para la salud, como el tabaquismo, alcoholismo, drogas, ingesta de alimentos con grasas y carbohidratos en exceso, sedentarismo, sobrepeso, estrés. Asimismo se deben corregir factores de riesgo, como hipertensión  arterial, diabetes mellitus, enfermedades renales y metabólicas, mantener el colesterol y triglicéridos en sangre normales. El mejor tratamiento es el preventivo, encontrar el problema antes que el problema nos encuentre.
TENGA EN CUENTA
Para la prevención de la ateroesclerosis coronaria se recomienda: dosajes de lípidos en sangre, azúcar, ácido úrico, y prueba de esfuerzo. 
Es evidente la tendencia hacia casos en personas de menor edad, fenómeno similar a lo que ha ocurrido en décadas pasadas en países industrializados.

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