sábado, 16 de mayo de 2015

Abusos. Según estudio, agresores eligen a menores de 15 a 17 años. Lima registra mayor número de víctimas.
Maricarmen Chinchay
 
Diario La República.- Es deber de los padres prestar atención a lo que sus hijos adolescentes piensan y sienten, más aún cuando ahora la estadística nacional revela que en el Perú la explotación sexual tiene un carácter más adolescente que infantil.
 
Es decir, este problema está afectando en mayor número a los adolescentes. Prueba de ello es que entre los años 2011 y 2013 fueron 811 los casos registrados de explotación sexual contra niños, niñas y adolescentes, de los cuales 755 casos tenían como víctimas a menores entre los 15 y 17 años, el 80% de ellos mujeres; mientras que 56 casos correspondieron a víctimas entre los 6 y 11 años de edad.
 
Estos datos forman parte del Primer Informe de Niñas, Niños y Adolescentes Víctimas de Explotación Sexual, elaborado por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp), en el cual colaboraron aportando información más de 30 instituciones entre públicas y privadas, relacionadas con la protección de este grupo social altamente vulnerable.
 
El informe revela que la mayoría de víctimas de explotación sexual cursaba el nivel secundario. Señala además que 57% continuó estudiando y 50,5% interrumpió sus estudios pero los retomó después de la agresión.
 
"Lima registra el mayor número de denuncias con 240 casos registrados, seguido de Lima Norte con 55 y la región San Martín con 43", señaló María del Carmen Santiago, titular de la Dirección General de Niños, Niñas y Adolescentes del Mimp, tomando como referencia la estadística de los distritos fiscales del Ministerio Público.
 
Gracias a este informe se conoce a ciencia cierta que los explotadores sexuales son personas fuera del ámbito familiar, y que son las propias víctimas las que reportan sus casos al acudir en primera instancia a los centros de salud u hospitales, por padecer un problema físico a consecuencia del delito en el que se vieron inmersos.
 
"Urge que el Código Penal contemple la denominación de explotación sexual contra niños, niñas y adolescentes propiamente dicha, con penas mayores a los delitos relacionados como pornografía, turismo infantil, proxenetismo, entre otros", dijo Santiago.
 
Agregó que el término usuario-cliente que recibe la persona que usa a un menor con fines sexuales y paga por ello un importe, debe cambiarse por el de explotador sexual. "La prostitución infantil en el país no existe, los niños no optan por voluntad", dijo. 

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