miércoles, 20 de mayo de 2015

Por: Jackelyn Friedman 

Publimetro.pe.-
 La leche materna es considerada por los nutricionistas como "oro líquido". El primer alimento del bebé no solo tiene propiedades para la salud del recién nacido, sino que también trae beneficios para la mamá. Entérate a continuación.
Beneficios para el bebé
La leche materna tiene la composición nutricional perfecta que el recién nacido necesita. Contiene las cantidades adecuadas de vitaminas, proteínas y grasas que el cuerpo del recién nacido requiere para desarrollarse de forma correcta. El sistema digestivo del bebé es capaz de digerir la leche materna con mayor facilidad que la leche de fórmula. Además, la leche materna contiene anticuerpos que refuerzan el sistema inmunológico del bebé y lo ayudan a combatir enfermedades producidas por virus y bacterias. 
Los bebés que son alimentados con leche materna exclusiva durante los seis primeros meses sufren de menos alergias, diarreas, infecciones al oído e infecciones respiratorias que aquellos que han sido alimentados con fórmula. Además, la leche materna asegura un correcto desarrollo intelectual en el futuro, y previene el bajo peso, pero también, la obesidad.
Beneficios para la mamá
Dar de lactar genera un gasto calórico, por lo que es más fácil para la mamá perder el peso extra que ganó durante el embarazo. Asimismo, al dar de lactar se libera la hormona oxitocina, la cual contribuye con la retracción del útero, disminuyendo los posibles sangrados post - parto. De igual forma, el riesgo de cáncer de mama y de ovario, y de padecer osteoporosis se reduce significativamente en aquellas madres que practican la lactancia materna.
Recomendaciones
Sin duda la lactancia materna genera un vínculo especial entre la mamá y el bebé. Además, es una práctica segura, que no tiene ningún costo y que contribuye con la salud de ambos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF recomiendan iniciar la lactancia materna durante la primera hora de vida del bebé. La lactancia debe ser exclusiva, lo cual significa que el bebé no debería ingerir fórmula, agua,  ni ningún otro alimento durante los primeros seis meses.
Se debe alimentar al bebé a demanda, es decir, según sus necesidades, ya sea de día o de noche; y no se recomienda utilizar biberones ni chupones para alimentarlo. Luego, los bebés deben seguir recibiendo leche materna junto con alimentación complementaria hasta los 2 años de edad. 

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