domingo, 10 de mayo de 2015

Cientos de mujeres acuden cada mes a clínicas de fertilidad asistida manifestando su deseo de ser madres. Con o sin pareja, logran su objetivo gracias a una muestra de semen de un donante anónimo.
Adriana Mayo
Diario La República.- Hace apenas una semana, Patricia V. le dijo adiós a aquel acompañante con el que esperaba por fin poderse acercar a la maternidad. El enfriamiento de esta relación (una más) no resquebrajó su deseo de ser madre, aunque con este nuevo fracaso, sabía que se alejaba más de su objetivo.

El no tener un compañero estable a los 38 años la llevó a preguntarse si realmente lograría tener el hijo ansiado.
Paty, como la llaman sus amigos, había dedicado buena parte de su juventud a realizarse profesionalmente. Ni bien acabó el colegio inició la etapa universitaria. Sus altas notas no solo deslumbraron a los catedráticos sino también a sus jefes. Poco a poco fue iniciándose en el campo laboral, marcando así su camino al éxito.
Al culminar Economía ya tenía un puesto fijo en una reconocida empresa. No pasó ni un año y ya posaba con el título para la fotografía del recuerdo. "Es el tiempo de estudiar una maestría", pensó.
Es así como puso sus ojos sobre una reconocida escuela europea donde no solo ganó conocimientos sino también renombre.
Y luego de un década fuera volvió al país para iniciar una empresa; esta vez ella a la cabeza. Sin embargo, al verse realizada se dio cuenta de una cosa: era tiempo de tener familia.

LA MATERNIDAD
Un amor universitario volvió a su vida y con él los deseos de ser mamá.
Pero el día que todo acabó se sentó frente al espejo, se miró sin tapujo y tomó una decisión: sería mamá pese a todo, así no tuviera alguien a su lado.
Averiguando en internet y consultando con sus amigas Paty llegó a una clínica de fertilidad asistida donde manifestó su deseo de ser madre y tener la disposición para iniciar un tratamiento. Pero, ¿cómo lo lograría si no tenía un novio?
El centro tenía un banco de semen. Y uno de aquellos espermas congelados la ayudó.
"Sabía que volverme a enamorar tomaría tiempo, una nueva ruptura no solo me debilitaría más sentimentalmente sino también me haría perder tiempo vital para mis óvulos", comenta Patricia V. desde el otro lado del teléfono.
Su hijo, Mathias, ya tiene 2 años. "Soy la mujer más feliz del mundo", añade. Hoy, junto a él y su familia, pasará su segundo Día de la Madre.
Patricia no es la única. En el país existen cientos de mujeres que acuden mensualmente a un centro especializado en reproducción humana, donde manifiestan su deseo de ser madres sin tener pareja, también acuden matrimonios que después de innumerables intentos fallidos optan por el embarazo asistido.
"El uso del banco de esperma está creciendo cada vez más. Existen muchas mujeres que ansían ser madres solas a partir de los 40 años. También hay parejas en la que el varón puede tener azospermia (ausencia de espermatozoides en el fluido seminal) y no lo saben. Todos ellos acuden a nuestro centro", señala el médico Elder Benites, de la clínica Niu Vida.
Cuando el varón es el problema, añade Benites, quedan dos caminos: "hacerse una biopsia testicular e iniciar un programa de fertilización in vitro, lo cual es muy costoso, o realizar el tratamiento de inseminación artificial, que es un procedimiento más barato y que permite contar con el banco de semen donde se encuentra el esperma de un varón con las características más cercanas al esposo", añade.
Esta novedosa técnica que  ha logrado completar la felicidad de miles de mujeres y cónyuges se encuentra disponible en el país desde hace más de una década, brindándoles una nueva oportunidad a aquellas personas que ya daban por perdida la posibilidad de conformar una familia.
UN BANCO NO MUY COMÚN
El lugar donde se conservan las muestras de esperma es reducido. Las microscópicas células que conforman el llamado Banco de Semen se guardan en unos tubos delgados de laboratorio llamados pajillas, los cuales se rotulan con un código (pueden ser números o letras, según la clínica) que responde a las características del donante. Todo ello bajo criterios de bioseguridad.
Las pajillas permanecen congeladas –por tiempo indefinido– en un tanque de nitrógeno a niveles muy bajos de temperatura, por debajo de los 190°C, que permiten que el semen mantenga una buena calidad pese a los años.
Se estima que cada clínica de fertilidad limeña cuenta con un banco de semen donde se  almacenan, en promedio, al menos 500 pajillas.
Ahora bien, ¿de quiénes son todas estas células y cómo llegan a los laboratorios? De acuerdo con el máster en Reproducción Humana y especialista de Procrear Julio Dueñas, estas muestras les pertenecen a jóvenes universitarios.
"Son hombres de entre 20 a 25 años de edad que, como en todas partes del mundo, están dispuestos a colaborar con la base de este tratamiento. Ellos son captados a través del boca a boca, pues en su círculo cercano siempre hay uno que ya donó", refiere.
Aunque a nivel internacional la donación de semen es reglamentada y remunerada, a nivel nacional no sucede lo mismo. Algunos centros peruanos brindan canjes u otorgan suplementos alimenticios si los donantes son atletas y en otros simplemente no pagan.
Pese a que se trata de una donación sin intercambio de dinero de por medio, la clínica que requiere los espermas es muy rigurosa para elegir a los donantes.

"A ellos se les realiza una serie de pruebas donde no solo se evalúa la calidad de su semen y movimiento de sus espermas, sino también se les realiza un examen que descarta enfermedades, entre ellas la diabetes, hipertensión, tuberculosis y más", añade Dueñas.
Si pasa todo lo anterior, el especialista está frente a un prototipo de donante. Este firma un documento en el que autoriza el uso de su esperma con fines reproductivos. Su identidad nunca es revelada, solo sus características físicas.
LA HORA DE ELEGIR
Ahora bien, cuando una mujer sola o con pareja acude a un centro de fertilidad, el médico le realizará también una serie de exámenes para descartar ciertos daños en sus órganos reproductivos.
Ambos casos son previamente evaluados en el departamento de psicología donde se observa una serie de requisitos.
"La psicóloga cumple un papel fundamental para este tipo de procesos porque se necesita que la persona que quiere ser madre tenga el perfil adecuado: que sea madura, estable y responsable", detalla Elder Benites, de la clínica Niu Vida.
Una vez que el test psicológico tiene visto bueno, la madre inicia el tratamiento y con él la elección del semen congelado.
Generalmente, en los bancos hay para todos los gustos (color de ojos, de cabello, de piel, estatura, raza).
Si la mujer no tiene ningún inconveniente psicológico se le insemina artificialmente el esperma elegido, que previamente fue descongelado y preparado, al igual que se prepara  a la futura mamá.
De existir algún problema, el médico evalúa si la fecundación in vitro es la solución. De ser así, los ovocitos y esperma se unen en el laboratorio, fuera del cuerpo de la madre (ver infografía), y posteriormente son transferidos a su útero. Superado este momento y tras un examen de embarazo, se comprueba el éxito de la técnica.
De acuerdo con los especialistas consultados, la mayoría de mujeres solas que acuden a sus consultorios inician finalmente el tratamiento. En el caso de parejas que no pueden procrear, son las que más se resisten a hacer uso del esperma de un donante anónimo.
Especialistas sugieren reglamentar la actividad de clínicas de fertilidad y el uso del banco de semen
Mientras que en países europeos y Norteamérica se  fiscaliza y regula el actuar de las clínicas de reproducción asistida, así como el uso y manejo del banco de semen, en el país la realidad es distinta. El Poder Legislativo aún no ha debatido ningún proyecto de ley al respecto. Por ello, los especialistas sugieren su pronta legislación.
"Al no existir una normatividad, el uso de los bancos de semen se presta a todo tipo de interpretaciones. Hay personas inescrupulosas que lo comercializan aprovechando el vacío legal peruano y el sufrimiento de mujeres que, por diversas razones, no pueden quedar embarazadas", señala el abogado Luis Lamas Puccio.
Si bien deben aprovecharse los beneficios que brinda el avance de la ciencia y tecnología se deben establecer reglas claras con el fin de otorgarle la debida protección al usuario de este tipo de servicio y así evitar problemas legales a futuro como el de la patria potestad, añade Lamas.
Por otro lado, el profesor de Derecho Civil de la Universidad de Lima Enrique Varsi Rospigliosi refiere que la disyuntiva sobre el uso y manejo del semen y óvulos parte desde el valor jurídico que tienen ambos en el campo del Derecho.
"¿Hablamos de simples secreciones, células sexuales o componentes biológicos? Es lo primero que nos preguntamos (...) Aquí lo esencial es que, juntas, estas dos células generan vida y por ello debe reglamentarse", señala Varsi.
De acuerdo con el especialista, en la actualidad el único banco normado con el que cuenta el país es el de órganos y tejidos. "Hay que tener en cuenta que en otros países la legislación es exquisita, la calidad de prestación que se brinde debe contar con Isos de calidad", añade.
El Ministerio de Justicia viene trabajando desde hace un año y medio un consolidado de proyectos de ley sobre técnicas de reproducción humana. Dentro de ellos  figura el uso del banco de semen. Estos serán enviados al Congreso para su debate.
CLAVES
No todas las mujeres que inician un tratamiento de fertilidad continúan el control de su embarazo en las clínicas en mención. Las madres solteras deciden hacerlo en centros particulares.
En el país existen muy pocos especialistas en reproducción asistida. Comúnmente son ginecólogos.
Desde el punto de vista psicológico, no existe un estudio que detalle el impacto que produce en el menor el ser hijo de una madre soltera con semen anónimo.
"Es mucho más complicado que una adopción donde claramente se sabe el pasado del niño que está abandonado (...) Es importante que la madre reciba terapias previas", refiere la profesora de la PUCP Pierina Traverso.

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