martes, 7 de julio de 2015

Nicola Porcella encajaría en este perfil


Agencia Andina.- Un hombre que maltrata físicamente, descalifica y controla a una mujer, como habría ocurrido en el caso de los exintegrantes de un "reality" de televisión: Angie Arizaga y Nicola Porcella, difícilmente cambiará de conducta, por lo que lo más sano es cortar esa relación.

Esa conducta masculina denota una alteración de la personalidad y requiere de un tratamiento; pero es difícil de cambiar, afirmó la psiquiatra y psicoterapeuta de familia Doris Cáceres Vargas, especialista del Hospital Nacional Dos de Mayo.

La especialista explicó a la Agencia Andina que la violencia es una enfermedad social que mata dos veces a la mujer, porque primero elimina su autoestima y luego puede llegar a asesinar su cuerpo.

Señales

A su juicio, las primeras señales de alerta de una relación violenta se manifiestan, por ejemplo, cuando un hombre empieza a romper cosas que están alrededor de su pareja. Primero se trata de objetos de la casa y luego las pertenencias de ella.

De allí pasará a los insultos, a descalificar a la mujer, a disminuirla y desmerecerla, y si ya hay hijos a quitarle autoridad ante ellos, señaló la psiquiatra.

Luego, como si fuera por compulsión, pide disculpas pero igual sigue maltratando.

"El hombre maltratador es, generalmente, controlador. Revisa el celular de la mujer, su cartera, su correo electrónico, quiere conocer sus horarios, dónde estará, con quién hablará, la subordina, la limita si ella quiere conseguir un trabajo más competitivo, y la mujer termina pidiéndole permiso para todo", comentó.

Entonces, si ella en algún momento se atreve a tratar de rescatar su autonomía la respuesta es el insulto, la descalificación en el aspecto físico, luego como profesional, y si ella depende económicamente del hombre la atadura es mayor aún.

Cáceres Vargas afirmó que muchas veces las mujeres creen que el hombre actúa de esa manera porque es celoso y que la cela porque la ama, cuando la realidad es que este busca tener poder y control sobre ella y no precisamente por amor.

Ese control se expresa también en las relaciones íntimas, en las que el hombre subordina y usa a la mujer para su satisfacción sexual sin importarle la de ella.

Todo este contexto debe hacer reflexionar a la mujer que vive este tipo de relación, a romper ese vínculo y "preparar" su salida sin anunciarla.

"Cuando una mujer maltratada quiere terminar la relación, lo mejor es que planifique su retirada en silencio, porque si le advierte al hombre que se irá probablemente este termine asesinándola", advirtió finalmente.

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