martes, 28 de julio de 2015

Por: Mariela Celis
Diario Trome.- La mayoría de padres desea que sus hijos destaquen en diversas actividades. Esto no tendría nada de malo, siempre y cuando no se acabe formando a un niño demasiado competitivo, el cual solo evalúa sus resultados en términos de ‘ganar’ o ‘perder’, ‘todo’ o ‘nada’.

La psicóloga Lorena Pastor, del centro Psicotrec, explica que los progenitores hacen bien al alentar al menor a superarse y alcanzar sus propias metas, porque eso refuerza el sentido de competitividad.
“El problema llega cuando solo se enfocan en el resultado final y no se fijan en el esfuerzo que hizo el menor para lograrlo. Así tenemos a un niño que se enfada cuando no gana un campeonato deportivo o no sobresale en las notas del colegio”, señala.
El chico competitivo en extremo en el fondo no es empático ni feliz, porque siempre está pendiente del reconocimiento y eso lo hace sentir inseguro.
PERDER NO ES FRACASAR
Los progenitores deben aclararle que no siempre se gana. Lo importante es disfrutar de lo que se hace y el empeño que se pone.

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