Por: Mariela Celis
Diario Trome.- Hace poco nos quedamos horrorizados al ver en la pantalla a un niño de apenas 3 años bebiendo alcohol al lado de un adulto, al parecer su padre, quien festeja esa actitud sin reparar en el daño emocional que le hace.
Para el psicoterapeuta Hans Gutiérrez, el penoso suceso responde a un trastorno sociopático por parte del adulto, quien en lugar de celebrar que un pequeño sepa escribir, contar o tocar un instrumento a tan corta edad, festeja que sea capaz de emular comportamientos transgresores con desinhibición y dominio de la situación.
“Un adulto se porta así generalmente con un varoncito para demostrar de forma errónea que está orgulloso de la ‘masculinidad’ de ambos, lo que les confiere fortaleza frente al resto”, precisa.
El especialista remarca que no se puede calificar a un infante como un ‘pequeño alcohólico’. “Es un niño que se encuentra en una etapa en la que busca ser aceptado y amado. Si para eso tiene que pararse de cabeza o beber alcohol, lo hará porque entiende que solo así consigue la atención de las personas que quiere”, señala.
El problema radica en que los mensajes que recibe un menor hasta los 5 años se quedan instalados para siempre en su mente. “Eso hará que el niño, que tuvo contacto con el alcohol de forma precoz, se jacte en la adolescencia de ser un bebedor, aprenda los códigos de la calle con mayor facilidad y muestre conductas bravuconas”, advierte.
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