jueves, 10 de diciembre de 2015

Diario Trome.-  Durante la adolescencia, a muchos padres se les hace difícil imponer castigos ejemplares a sus hijos. Quieren hacer prevalecer su palabra, pero a la vez no desean verse autoritarios y lo que es peor, temen las reacciones de sus retoños ante las llamadas de atención.

Para el doctor Luis Zapata, exdecano del Colegio de Psicólogos del Perú, las sanciones sí son importantes como medida disciplinaria, solo que estas deben ser acertadas.
Para establecer un castigo -dice- los padres deben analizar el mal acto cometido por el jovencito (trajo malas notas, no respetó horarios establecidos, tuvo mal vocabulario, mintió…), y concluir si lo hizo de manera intencional o no.
“Los progenitores no deben ser estrictamente verticales, sino saber escuchar y hacerle ver al menor que cada acto tiene una consecuencia y, en el hogar, hay reglas claras”, sostiene.
MEDIDA CORRECTIVA
sLos castigos bajo ninguna circunstancia deben ser físicos. La sanción que se impone a un hijo debe ir de acuerdo con la falta que cometió y esta no tiene por qué dañar su cuerpo ni sus emociones, porque el chico interpretará que existe un abuso de poder y acumulará resentimientos.
“Es mejor restringirle las salidas con los amigos, prohibirle el uso de la tecnología y cambiar algún plan que se tenía a su lado. El adolescente deberá entender que la medida es correctiva, no dañina”, advierte.

0 comentarios:

Publicar un comentario