jueves, 11 de febrero de 2016

Trome.pe.- Calma, relájate. Lo mejor es hablar las cosas, soltarlas y querer salir adelante. Dicen que del amor al odio hay solo un paso, pero la línea entre el amor y la obsesión también puede ser bastante delgada. Por ello, elaboramos una lista al respecto.

1. Piensas mucho en esa persona, al punto de sentir que esos pensamientos son excesivos y rigen tu día a día. Su rostro y su nombre son demasiado recurrentes en tu cabeza.
2. Cuando tienes que hacer cosas importantes, te distraes recordándola. A veces, incluso, dejas tus labores de lado para pensar en cómo conquistarla o verla de nuevo.

3.* Sabes, o crees que sabes, todo sobre su vida*. Si algo no te queda claro, lo investigas hasta descubrirlo. También averiguas los lugares que frecuenta para encontrarla.

4. Revisas sus páginas en redes sociales varias veces al día, y cuando publicas algo en tus propias páginas, lo haces esperando alguna reacción o comentario de su parte.

5. La idea de que pueda estar con otras personas te genera ansiedad y celos. Verla con alguien más podría producirte fácilmente un ataque de ira y descontrol.

6. Solo te interesa asistir a fiestas donde crees que podrías encontrarte con esa persona. Tus amigos de siempre te aburren, porque cuando ella no está nada te parece divertido.

7. Pese a que te ha dado a entender que no está interesada en ti, sigues insistiendo. Aparentemente, no hay nada que pueda quitarte las esperanzas de estar a su lado.

8. Imaginas extensas y divertidas conversaciones con esa persona, todo el tiempo. Haces planes para un futuro compartido, aunque no tengas ninguna oportunidad de concretarlo.

9. Guardas tus mejores anécdotas, chistes y ropa de vestir para cuando estás seguro de que vas a verla. De no ser así, estás triste y aburrido, todo te es indiferente.

10. Lo que piensen sus amigos de ti te genera muchísima ansiedad. Haces todo lo posible por caerles bien, y de sentir una respuesta negativa, sufres desproporcionadamente. 

11. Cuando estás con é o ella, eres un poco sofocante y te desesperas por llamar su atención. No te despegas de su lado y estás demasiado atent@ a todo lo que dice o hace.

12. Puede que tu propia presencia la irrite, pero eso no te importa. Haces de todo para que te quiera, y no te molesta modificar algunos rasgos de tu propia personalidad.

13. Tus amigos se dan cuenta de que estás obsesionado. Te aseguran que ha llegado el momento de dar un paso al costado y seguir con tu vida, pero no les haces caso.

14. Atesoras cada momento compartido con esa persona en tus recuerdos, como si se tratara de un cuento de hadas, o la historia del amor más grande de tu vida. 

15. Sigues culpándote por errores que has cometido frente a esa persona en el pasado, y te esfuerzas por arreglarlos y justificarte, aunque claramente ya no le intereses.

16. Le escribes constantemente y te llenas de ansiedades cuando no te responde. Si has consumido alcohol, la llamas por teléfono a altas horas de la madrugada.

17. Te desespera la idea de que esa persona no escuche tus razones, o no se interese por lo que haces. Crees que tienes el derecho de ser parte de su vida, aunque ella no lo quiera.

18. Revisas en Internet constantemente cuáles son sus últimas horas de conexión. Muchos servicios de mensajería, hoy en día, tienen disponible este tipo de información. 

19. Todas las canciones te hacen acordar a ella. Todas las películas románticas también. Si lees un libro, identificas su historia con la de los personajes y no dejas de imaginarla. Como esta canción:

20. Pareciera que nada más te interesa. Te sientes nervioso, ansioso y desmoralizado. Si conoces a otra persona ni si quiera le prestas atención porque la empiezas a comparar.


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