martes, 7 de junio de 2016



En algunos casos la paciente pierde orina cuando tose o estornuda, pero también puede haber un mal funcionamiento de la musculatura que contrae la vejiga.
RPP Noticias.- Llamamos incontinencia urinaria a la pérdida del control voluntario de la vejiga, que hace que se escape la orina. Pueden ser desde algunas gotitas hasta un buen chorro, y desde algo ocasional hasta muy frecuente o constante.  

Ocurre más en mujeres, y se va haciendo más frecuente con la edad. Entre los 45 y 65 años probablemente 1 de cada 9 mujeres la sufre, y en mayores de 75 ya hay un 20 a 30 % con el problema.  
No nos damos cuenta de la cantidad de féminas afectadas, porque NO es algo que ellas comenten, incluso con su médico, pues normalmente tienen vergüenza de decirlo. Entonces, es deber del especialista preguntar específicamente si existe el problema.   
Disminuye la calidad de vida de la paciente. Puede ser que ya no quiera hacer vida social, porque piensa que el resto se va a dar cuenta que usa pañal; además, tiene miedo de pasar por una situación vergonzosa. También cree que su vida es un infierno, pues durante la noche tiene que levantarse para ir al baño a cada rato y ya nunca puede dormir bien.  
Si bien hay varios tipos de incontinencia urinaria -algunas pasajeras y otras permanentes, algunas de fácil tratamiento y otras no tanto- dos son las más frecuentes:
“Incontinencia de esfuerzo”. La paciente pierde orina cuando tose, estornuda, ríe o hace ejercicios. El problema usualmente está en los tejidos que sostienen la uretra, que es como una manguerita que lleva la orina de la vejiga hacia afuera. Si los tejidos se rompen o los ligamentos se sueltan, la uretra pierde el sostén y se produce la pérdida de orina con los aumentos de presión.
“Incontinencia de urgencia”. La paciente tiene de repente unas ganas incontrolables y pierde la orina antes de llegar al baño. En este caso hay un mal funcionamiento de la musculatura que debe contraer la vejiga, ya que se encuentra con un nivel alto de excitación y eso hace que al menor estímulo se active y expulse orina.  
La incontinencia urinaria ocurre más en mujeres, y se va haciendo más frecuente con la edad. |Fotógrafo: Getty Images
Complicaciones. La pérdida de orina puede predisponer a infecciones, irritación de la piel, además de depresión y aislamiento.
¿Se puede prevenir la incontinencia de orina? No totalmente, pero hay una serie de cosas que se pueden hacer para bajar el riesgo de tenerla.  Por ejemplo: no fumar, hacer ejercicios de fortalecimiento de musculatura pélvica ( Ejercicios de Kegel ), no forzar el parto natural cuando las condiciones no son las ideales, no aguantar por horas cuando hay deseo de orinar,  mantenerse en un peso saludable, etc.
Fortalecer la musculatura pélvica y no aguantar por horas cuando hay deseo de orinar son algunas formas de prevenir la incontinencia urinaria. | Fotógrafo: Getty Images
¿Cuál es el tratamiento? Depende del factor que la esté causando. Por ejemplo:
1.  Podemos tener una paciente joven que esté con infección urinaria y eso le causa incontinencia. A esta paciente le daremos antibióticos, y al curar la infección, se acaba el problema.
2. Una mujer mayorcita (en la menopausia) puede tener problemas de retención de orina por falta de hormonas. A ella de repente le daremos óvulos de hormona femenina, y al mejorar sus tejidos vaginales se acaba la incontinencia. También es posible que la paciente tenga diabetes o problemas neurológicos que ocasionen la pérdida de orina; pero curando la enfermedad de base resolvemos la incontinencia.
¿Hay cura total? Los mejores resultados con el tratamiento los tenemos en aquellas pacientes que pierden orina cuando hacen esfuerzos (toser, estornudar, saltar, etc.). Si detectamos que la falla se debe a la falta de piso de la uretra, lo que hacemos es una pequeña cirugía donde le ponemos una mallita por debajo de la uretra y solucionamos el problema en forma inmediata y para siempre. Es una operación que se hace con anestesia regional (no general) por vía vaginal (no hay cortes visibles), donde la paciente máximo se queda una noche en la clínica, y de allí sale curada y con la vida cambiada.
En cambio, una “urgencia urinaria” es más difíciles de tratar, y los resultados no son tan inmediatos ni tan efectivos. Casi siempre logramos que la paciente mejore, pero no como en el caso anterior, donde se logra la cura en un solo procedimiento. Aquí usamos medicamentos y “biofeedback” como primera opción; si esto no funciona, se puede usar la infiltración de botox en la vejiga o intentar el uso de neuromoduladores.    
Lo importante es que la mujer sepa que NO ES NORMAL, ni “cosa de la edad “el que se le escape la orina. Si es algo que está perjudicando su calidad de vida, debe ir al médico y buscar una solución. En la enorme mayoría de casos, o curamos a la paciente o por lo menos la hacemos mejorar lo suficiente para que pueda seguir llevando una vida sana y productiva.  

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