martes, 20 de diciembre de 2016

Tenga en cuenta. Niños con autismo, por su desarrollado sentido auditivo, se aterran con las fuertes detonaciones. Pueden incluso necesitar terapia por el trauma sufrido.


Por : Adriana Mayo 

Diario La República.- La detonación de un cohete o el tronar de un 'silbador' en Navidad o Año Nuevo no es sinónimo de júbilo y regocijo para todas las personas. En el caso de los niños con autismo y las personas con hipersensibilidad auditiva, esta costumbre resulta contraproducente pues altera su tranquilidad y genera traumas en sus vidas.

"El tema de la pirotecnia suele ser un factor de estrés para los chicos que son hipersensibles a nivel auditivo, porque muchas veces no pueden entender de dónde viene ese sonido", explica la especialista y directora de la institución Aletheia, Yrene Hernández.
En comparación de los demás niños y personas adultas, al escuchar una bombarda –por dar un ejemplo– un pequeño con autismo sufre y se desespera de inmediato ya que el sonido lo percibe con mayor potencia que el común de los individuos.
Al sentirlo, se tapan los oídos y optan por escapar del lugar y del ruido, sin que muchas veces logren dicho objetivo, ya que así se escondan en sus cuartos los sonidos los siguen acompañando.
Esta situación ocasiona un periodo de desesperación que podría –incluso– dar origen a traumas difíciles de superar si no se sigue una terapia.
"Se produce un estado de ansiedad. Acumulan tensiones ante la angustia de no saber si el sonido volverá y en qué momento se dará", explica Hernández a La República.
Muchos de ellos pueden llegar a asociar las explosiones a ciertos elementos navideños, marcando parte de sus vidas. "Si ese sonido los asustó cuando estaban mirando el árbol de Navidad. Es muy probable que nunca más en sus vidas quieran ver un arbolito cerca", detalla la especialista.
Y si bien hay casos en los que el niño o niña puede llegar a entender que las explosiones duran solo un momento, aliviando así la impresión negativa, esto no se da en la mayoría casos: solo el 10% de los menores podrían tranquilizarse.
"Esto no depende del grado de autismo que tenga un niño. Que un menor se tranquilice o no, dependerá básicamente de las experiencias de vida que tenga cada uno", insiste Yrene Hernández, al tiempo de hacer un llamado a todos los lectores de este diario para que en estas fiestas de fin de año eviten utilizar todo tipo de pirotécnicos.

Recomendaciones

Dio también algunas recomendaciones para superar estos episodios. Lo preferible es no anticiparles a los niños sobre la posible presencia de los fuegos artificiales, ya que podrían estresarse y estar mucho más atentos y preocupados por el cuándo sucederá.
Lo aconsejable es trabajar a nivel terapéutico para que el niño aprenda a discernir los sonidos y así disminuir su sensibilidad sensorial. De no hacer un trabajo preventivo, se sugiere que llegada la Noche Buena o la víspera del Año Nuevo se acueste al niño antes de la medianoche para que los pequeños estén dormidos cuando suenen los pirotécnicos.
Si se despiertan, se podría intentar acercarlos a la ventana para que vean las luces que producen los pirotécnicos a fin de que entiendan de dónde proviene el sonido.
Cuando un niño ya ha tenido una experiencia negativa, la recomendable es iniciar un proceso terapéutico que regule la ansiedad.

No solo los pirotécnicos

Hay que tener en cuenta que no solo el sonido de los cohetes y bombardas pueden estresar a los niños con autismo, los centros comerciales y lugares públicos con gran afluencia de personas también lo hacen.
Por eso, para evitar la sobrecarga visual y sonora presente en las tiendas por estas fechas, se sugiere a los padres evitar llevarlos a lugares muy concurridos para que la tranquilidad de estos pequeños no se vea perturbada por el estrés navideño.

También afectan a mascotas

Las mascotas también sufren a consecuencia de la pirotecnia, debido a su desarrollado sentido auditivo. Se asustan, se pierden y hasta mueren por culpa de los estruendosos ruidos que ocasionan los cohetes, bombardas y demás productos pirotécnicos que se expenden en ferias de la capital.
Entre las recomendaciones que dan los especialistas para cuidar a los animalitos  figura el no dejarlos fuera de casa; el crear un espacio de retiro y calma (puede ser debajo de un mueble) y cerrar de manera hermética las puertas y ventanas. La reacción del dueño también es importante, si usted mantiene la calma, su mascota también lo hará.

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