miércoles, 7 de junio de 2017



La calidad del aire que respiramos influye directamente en nuestra salud y muchas veces nosotros provocamos su contaminación.

Por : Maria Vanessa Romo Espinoza

RPP Noticias.- Hay acciones diarias que se han vuelto rutinarias y en las que no pensamos mucho, aunque son vitales. Detengámonos un momento en la acción mecánica de respirar. Inhala y exhala. La experiencia no será la misma si estás en medio de un parque, rodeado de árboles, que si te encuentras en una avenida en la peor hora punta del tráfico, rodeado de smog. Es en esa diferencia donde empezaremos a conversar sobre algo clave: la calidad del aire que respiramos en nuestra ciudad.

Así como evaluamos la limpieza del agua que consumimos, el aire también debe ser monitoreado. La causa de que ignoremos su calidad es que la contaminación del aire no es siempre visible y cuando lo es, tal vez ya es demasiado tarde. ¿Alguna vez has visto fotos panorámicas de ciudades con una capa de neblina sucia sobre ellas? Eso significa que los niveles internacionales fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) han alcanzado límites dañinos para el ser vivo.
Pero no lleguemos a ese extremo para interesarnos en cómo nos afecta la contaminación y cómo colaboramos sin querer en continuarla. De acuerdo al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), los gases que dañan nuestro aire son emitidos por nuestros vehículos y nuestras cocinas. Aunque comparado con los gases generados por las industrias pesqueras, mineras y agricultoras, parece ser mínimo, es un aporte continuo a la contaminación.
La OMS señala que los efectos en el ser humano van desde dolores de cabeza, estrés y desmayos hasta enfermedades respiratorias y en casos más extremos, hasta cáncer. Entonces, ¿podemos hacer algo para cambiar esta realidad? Sigue las próximas publicaciones de este blog para conocer más sobre la polución en Lima y cómo colaborar a que tu ciudad tenga un mejor aire.

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