lunes, 18 de septiembre de 2017

Cada minuto, 33 adolescentes y 22 adultos intentan acabar con su vida

Por : Karina Garay 

Agencia Andina.- La historia de Carmen no es un cuento de hadas. Para suerte de sus dos hijos, el final que había escrito tempranamente para ella no resultó. A pesar de sus múltiples intentos, la vida continúa ganando la partida, pero no todos tienen la misma suerte, como pueden dar fe miles de hogares peruanos que cada año pierden a un ser querido por causa del suicidio.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cerca de 800,000 personas se eliminan anualmente: un suicidio cada 40 segundos. 

Son vidas que se apagan en efecto dominó. Un hogar que deja de tener madre, una familia que pierde a un hijo, un salón de clases que pierde a su estudiante. Quienes buscan la muerte lo hacen para calmar dolores insondables y acallar voces que los someten y destruyen. Lo aterrador del suicidio es que no discrimina entre adultos, jóvenes o niños, como tampoco lo hace entre clases sociales. Las ideas de acabar con todo y para siempre encuentra víctimas entre gente muy humilde como entre personas que parecen tenerlo todo. 

Terapias que salvan 

“La vida difícil es el principal gatillador para pensar en morir. Tiene que ver con las dificultades propias de la vida, pero también con las extremas”, sostuvo el director nacional de salud mental del Ministerio de Salud, doctor Yuri Cutipé.

Y Carmen sabe de ello porque a los 8 años fue violada por su padre y después por el padre de sus hijos. Devastador para cualquiera, pero mucho más para ella que ha tenido que convivir con una letanía de frases descalificadoras y reproches de sus familiares, que la culpan por todo: “por ser más bonita”, “por ser la más noble”, “por ser la más ordenada”, “por haber escogido una pareja que se volvió ludópata e irresponsable”… por ser humana. 

Hasta ahora, nada parece hacer bien la valiente Carmen. Sin embargo, ella ya no es la misma. Después de tantos intentos de acabar con su vida, por fin encontró un cable a tierra en el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi (INSM), donde dice haber encontrado “una tranquilidad, una paz”.

“A veces pienso: ‘¿por qué he querido quitarme la vida si Dios me ha dado dos vidas para que esté acá? Estaba como bloqueada, pero las terapias me han ayudado. Hasta ahora, mi familia no quiere que tome mis pastillas; yo quiero curarme y voy a curarme”, me dice muy bajito. 

Aunque el suicidio en el Perú tiene un rostro más femenino, los varones también lo intentan y lo hacen con métodos más violentos, detalló el médico psiquiatra Freddy Vásquez Gómez, jefe de Programa de Prevención del Suicidio del INSM. 

“El abuso sexual es un tema relacionado con el suicidio. El 70 % de mujeres que lo intentan ha tenido historias de abuso sexual, en la niñez o en la adolescencia, que pueden ser incesto u otros”, alertó Ysela Nicolás, psicóloga de la Sociedad Peruana de Prevención del Suicidio. 

“Se piensa muchas veces que los problemas de salud mental no generan mortalidad. Entre 800 y 1,000 personas mueren por suicidio al año, por eso hay que invertir mucho en prevención”, sostuvo el director nacional de salud mental del Minsa, que implementa centros de salud mental comunitarios en todo el país.

Enganche

“Cuando uno viene de una familia constituida, unida, otorga bases, hace que uno puede manejar los problemas”, indicó el doctor Freddy Vásquez. 

El experto comentó que ante la aparición de ideas suicidas o de intentos se debe procurar el desarrollo de hobbies, el cuidado de mascotas, plantas, formar parte de un grupo de amigos o de un club, a fin de fortalecer los lazos con la vida, con la idea de tener un futuro más y mejor acompañado. 


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