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Los niños
pueden padecer esta enfermedad, ya que están en contacto directo con sus
mascotas (perros y gatos) y además suelen asistir a parques públicos.
Salud en Casa.- El ojo es uno de los
órganos más delicados del organismo y está propenso a padecer enfermedades. Una
de ellas es la uveítis, afección que consiste en la inflamación interna del ojo
y que podría dejar daños irreversibles en la vista, si no es detectada a tiempo.
“Nuestra vista cuenta
con varias capas, una de ellas es la úvea, la cual se ubica en la zona media
del ojo entre la retina y la esclerótica (parte blanca de este órgano). Cuando
la úvea se inflama, lo más probable es que se trate de una uveítis, la cual suele
aparecer de un momento a otro y empeora con rapidez, por lo que la actuación inmediata
y la prevención en estos casos es primordial” indicó el Dr. Carlos Siverio
Llosa, especialista de Oftálmica Clínica
de la Visión.
Esta patología puede
ser originada por diversos desórdenes inmunológicos y en los casos más comunes
se genera a causa de infecciones. Dentro de esta clasificación, encontramos a
la toxoplasmosis ocular, que es una uveítis causada por un parásito llamado toxoplasma
el cual vive en el intestino de los gatos. Este parásito se localiza en la
retina (parte del ojo que nos permite ver) y produce una herida que logra
infectar internamente el ojo, generando que el paciente comience a ver borroso.
“Los síntomas más comunes de este tipo de uveítis son las moscas volantes o
manchas, las cuales luego progresan a una baja visión que podría traer secuelas
permanentes”, precisó el Dr. Siverio Llosa.
Otro tipo de uveítis
infecciosa es la toxocariasis, originada por un parásito que vive en el
intestino de los perros. Su contagio, al igual que la toxoplasmosis, se da a
través del ingreso de huevecillos del parásito al organismo. Este
microorganismo afecta mayormente a niños pues son ellos quienes están en
contacto con las mascotas y suelen jugar en parques y jardines contaminados con
heces de perro. Generalmente ataca solo un ojo y si no se detecta a tiempo puede producir
ceguera.
Por otro lado, la
infección por el virus herpes simple, se puede manifestar como una inflamación
en la úvea (parte interna del ojo) pero en algunos casos también puede afectar la
córnea (parte externa del ojo) originando una queratitis. Asimismo, el herpes
soster, que ataca severamente la piel, puede llegar a dañar la visión infectando
a la córnea, produciendo también uveítis. En ocasiones muy raras, los virus
herpes pueden infectar la retina generando un desprendimiento de la misma y
ceguera.
Finalmente, en el caso
de las personas que tienen perros o gatos, se debe desparasitar a la mascota
periódicamente. Además, procurar que especialmente los niños tengan siempre las
manos limpias pues ellos están en constante contacto con los animales y suelen
acudir a parques y juegos donde podrían contagiarse de estas enfermedades.
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