domingo, 23 de junio de 2019


        El uso de insulinas de segunda generación permite mantener estable los niveles de azúcar en la sangre, disminuye el riesgo de complicaciones derivadas de la enfermedad y, comparado con las insulinas de primera generación, pueden reducir los eventos hipoglucémicos en pacientes diabéticos.



Salud en Casa.- Un reciente estudio de los pacientes del Hospital Cayetano Heredia informó que 1 de cada 3 pacientes con diabetes están bajo tratamiento con insulina. La insulina es un fármaco eficaz en el control de la enfermedad y la reducción de las complicaciones. Sin embargo la mayoría de los pacientes, presentan creencias erradas y barreras en el uso correcto  de la insulina.



Al respecto, los expertos indican que esto correspondería a una falta de conocimiento, temor y mitos entorno al uso de este medicamento, así como una inercia en el sector de salud, muchas veces atribuida a la resistencia del paciente por incluirla en su esquema de tratamiento. Por tal motivo, se hace un llamado a la población para crear conciencia y promover una mejor educación en el manejo de la enfermedad.


En ese sentido, el Dr. Frank Espinoza del área médica de Sanofi Aventis desmiente seis mitos más comunes respecto al uso de la insulina.  


MITO. “Usar inyectables de insulina significa que estoy muy grave o mi diabetes ha empeorado”. Falso. El uso de insulina puede ser utilizada desde el diagnóstico de la enfermedad, ya que, al no haber un control previo de la condición, lo que hace esta hormona es estabilizar los niveles de glucosa en la sangre. Por el contrario, su uso temprano evita complicaciones a largo plazo como ceguera, daño renal, neuropatía, amputaciones, así como la progresión de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.

MITO. “Usarla significa que fallé en mi tratamiento”. Falso. La mayoría de los pacientes con diabetes tarde o temprano en la evolución de su enfermedad, sin importar su estado, es posible que necesiten usar insulina, pues el organismo tiende a producir con el tiempo menos insulina o es más resistente a su efecto. En ese caso, su médico le recomendará incluirla en su esquema de tratamiento acompañado de actividad física, alimentación saludable, entre otros.

MITO. “La insulina me dejará ciego”. Falso. El tener la glucosa elevada por mucho tiempo, ocasiona daño celular en los ojos, y con el tiempo pérdida de visión; por lo contrario, la insulina disminuye eficazmente la glucosa y previene el daño a los ojos.

MITO. “Tendré muchos episodios de hipoglucemia (nivel bajo de glucosa en la sangre)”. Falso. Las insulinas de segunda generación reducen significativamente los episodios de hipoglucemias, y según el reciente estudio Bright 5 demostró que el uso de insulinas de segunda generación disminuye los eventos hipoglucémicos en pacientes diabéticos.

MITO. “Una vez que use insulina ya no podré dejarla”. Falso. Las insulinas de segunda generación ayudan a bajar los niveles muy altos de glucosa en la sangre, y una vez que el azúcar en la sangre esté en su estado normal, es posible, según la recomendación de su médico tratante, reducir o eliminar el uso de estas en el tratamiento.

MITO. “Inyectarse insulina es muy doloroso”. Falso. En ese sentido, la especialista señala que es muy importante que los pacientes con diabetes cuenten con una asesoría médica que les permite hacer una correcta administración de la insulina. “Actualmente hay dispositivos que tienen agujas tan delgadas que el paciente apenas percibe la aplicación. La tecnología ha avanzado enormemente en este aspecto con el objetivo de mejorar la calidad de vida del paciente”, finalizó la experto.



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