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El uso de insulinas de segunda generación
permite mantener estable los niveles de azúcar en la sangre, disminuye el
riesgo de complicaciones derivadas de la enfermedad y, comparado con las
insulinas de primera generación, pueden reducir los eventos hipoglucémicos en
pacientes diabéticos.
Salud en Casa.- Un reciente estudio de los pacientes del Hospital Cayetano Heredia
informó que 1 de cada 3 pacientes con diabetes están bajo tratamiento con
insulina. La insulina es un fármaco eficaz en el control de la
enfermedad y la reducción de las complicaciones. Sin embargo la mayoría de los
pacientes, presentan creencias erradas y barreras en el uso correcto de la insulina.
Al respecto, los expertos indican que esto correspondería
a una falta de conocimiento, temor y mitos entorno al uso de este medicamento,
así como una inercia en el sector de salud, muchas veces atribuida a la
resistencia del paciente por incluirla en su esquema de tratamiento.
Por tal motivo, se hace un llamado a la población para crear conciencia y
promover una mejor educación en el manejo de la enfermedad.
En ese
sentido, el Dr. Frank Espinoza del área médica de Sanofi Aventis desmiente seis
mitos más comunes respecto al uso de la insulina.
MITO. “Usar inyectables de insulina significa que estoy
muy grave o mi diabetes ha empeorado”. Falso. El uso de insulina puede ser utilizada
desde el diagnóstico de la enfermedad, ya que, al no haber un control previo de
la condición, lo que hace esta hormona es estabilizar los niveles de glucosa en
la sangre. Por el contrario, su uso temprano evita complicaciones a largo plazo
como ceguera, daño renal, neuropatía, amputaciones, así como la progresión de
enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
MITO. “Usarla significa que fallé en mi tratamiento”. Falso. La
mayoría de los pacientes con diabetes tarde o temprano en la evolución de su
enfermedad, sin importar su estado, es posible que necesiten usar insulina,
pues el organismo tiende a producir con el tiempo menos insulina o es más
resistente a su efecto. En ese caso, su médico le recomendará incluirla en su
esquema de tratamiento acompañado de actividad física, alimentación saludable,
entre otros.
MITO. “La
insulina me dejará ciego”. Falso. El
tener la glucosa elevada por mucho tiempo, ocasiona daño celular en los ojos, y
con el tiempo pérdida de visión; por lo contrario, la insulina disminuye
eficazmente la glucosa y previene el daño a los ojos.
MITO. “Tendré
muchos episodios de hipoglucemia (nivel bajo de glucosa en la sangre)”. Falso. Las insulinas de segunda generación
reducen significativamente los episodios de hipoglucemias, y según el reciente estudio
Bright 5 demostró que el uso de insulinas de segunda generación disminuye
los eventos hipoglucémicos en pacientes diabéticos.
MITO. “Una
vez que use insulina ya no podré dejarla”. Falso. Las insulinas de segunda generación ayudan a bajar los niveles
muy altos de glucosa en la sangre, y una vez que el azúcar en la sangre esté en
su estado normal, es posible, según la recomendación de su médico tratante,
reducir o eliminar el uso de estas en el tratamiento.
MITO. “Inyectarse
insulina es muy doloroso”. Falso. En
ese sentido, la especialista señala que es muy importante que los pacientes con
diabetes cuenten con una asesoría médica que les permite hacer una correcta
administración de la insulina. “Actualmente hay dispositivos que tienen agujas
tan delgadas que el paciente apenas percibe la aplicación. La tecnología ha
avanzado enormemente en este aspecto con el objetivo de mejorar la calidad de
vida del paciente”, finalizó la experto.
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