jueves, 3 de octubre de 2019

Diagnóstico. El corrupto no nace, se hace, se contamina en entornos permisivos. Los corruptos son egoístas que no piensan en el bien común, obsesivos con rasgos esquizoides, etc.


Mónica Cuti


Diario La República.- La corrupción, entendida como actos delictivos en la administración pública, perturba el desarrollo. En la historia del Perú este fenómeno es moneda corriente hace 200 años y está relacionado al desarrollo mental de la ciudadanía. Ese tema se abordó en el XXV Congreso Nacional de Psiquiatría.



El psiquiatra Alberto Perales, uno de los ponentes, señala que la corrupción es un problema de salud mental entendido como bienestar emocional, psicológico y social. Una de las características de un corrupto es el egoísmo, pues este sólo piensa en su interés o de un grupo, no de la mayoría.

La formación de actitudes corruptas se da con el tiempo. Perales explica que cuando una persona nace aún no es humano, solo un individuo. Forma su personalidad con las relaciones con otras personas, lo adquirido en su entorno.

El individuo persona tiene varios hogares: el útero, la familia, el colegio y la universidad. En esos entornos desarrolla su humanidad, pero en estos lugares la formación es mala y cuando se llega a la universidad el individuo ya tiene serias afectaciones.

“La corrupción daña el desarrollo humano del hombre. No es un problema ni una enfermedad psiquiátrica, sino un problema de salud mental. Por lo tanto, ello obliga a que nos ocupemos más de ello”, indica.




TRASTORNO MENTAL

Para el especialista Renato Alarcón, las personas que realizan actos corruptos significativos tienen trastornos de personalidad. Son alteraciones clínicas que están relacionadas con la incapacidad de los individuos de desarrollar actividades sociales importantes. Presentan conductas desviadas y existe un conflicto entre el individuo y la sociedad.

Por lo general, los corruptos tienen estos rasgos: hay obsesividad en la planificación de un acto corrupto, puede haber rasgos esquizoides, paranoides. Hay la posibilidad de una coexistencia de trastornos de personalidad. Estados presicóticos (percepciones anormales).

El especialista indica que la actitud de la sociedad frente a los actos de corrupción actuales también suma mucho. Hay una especie de aceptación. Hace referencia a la frase “roba, pero hace obras”, lo que también influye mucho.

“La corrupción, al llegar al individuo, viene después de una deliberación propia que le permite avanzar en la planificación. El carácter cultural, actitud pública frente a la actitud política suman mucho en la toma de la decisión, aunque también depende mucho de la persona”, dice. Agrega que esto no exime que sean sancionados.

Un flagelo de hace 200 años
El ponente Alfonso Mendoza expuso sobre la corrupción en la historia. Uno de los libros consultados es el del escritor Alfonso Quiroz, Historia de la corrupción en el Perú, donde señala que este comportamiento deshonesto provocó que nuestro país no se desarrolle entre un 40 a 50% desde el inicio de la época republicana. Además de que produjo la pérdida del 4% del PBI total.

Mendoza recordó la corrupción en tiempos del expresidente Ramón Castilla, donde el dinero ingresado por la venta de guano no se reflejó en el crecimiento ni desarrollo del Perú.


0 comentarios:

Publicar un comentario