viernes, 31 de enero de 2020



Salud en Casa.- Luego de una visita por diversas playas de Lima y Callao la ONG Vida pudo comprobar que no se cumple la prohibición de usar o comercializar bolsas de plástico en las playas, pese a que su prohibición entré en vigencia en junio del 2019.



“El 20 de diciembre de 2018 entró en vigencia la Ley N° 30884, Ley que regula el plástico de un solo uso y los recipientes o envases descartables, luego se aprobó su Reglamento con el cual a partir del 13 de junio de 2019 se prohibió la comercialización y uso de sorbetes de plástico (comúnmente llamados “cañitas”), bolsas plásticas de un solo uso y envases de poliestireno expandido (conocido como “tecnopor”) en las playas del litoral y de la Amazonía peruana, sin embargo esto no se cumple el litoral peruano según las observaciones realizadas”, manifestó el presidente de la ONG Vida, Arturo Alfaro Medina.



El ecologista señaló que muchos veraneantes están acudiendo a las playas llevando diferentes tipos de bolsas, como, por ejemplo: con las que llevan hielo, para los comestibles empaquetados y bebidas, para llevar futas, envases de botellas, entre otros, y los malos veraneantes dejan sus bolsas tiradas en el suelo de la playa contaminándolas.


“Según la Ley, los gobiernos regionales y gobiernos locales, ejercen funciones de supervisión, fiscalización y sanción respecto del cumplimiento de las obligaciones establecidas, esto obliga a las Municipalidades costeras a disponer de personal y logística para vigilar que las personas no ingresen con bolsas y cañitas de un solo uso a las playas y las utilicen, adicional a ello este personal deberá ser capacitado para identificar cuales son las bolsas prohibidas y cuales no ya que hay excepciones de bolsas si son para alimentos a granel o si con biodegradable”, precisó.



De acuerdo con Arturo Alfaro, la Ley señala también  que no habrá incremento de gasto público con estas medidas, pero si hay un gasto para las Municipalidades, las cuales deberán contratar, implementar y capacitar a personal para la labor de supervisión y fiscalización, lo cual significará un gasto que no está financiado con los ingresos que reciben los gobiernos locales. “Es fácil sacar leyes diciendo que no generan gasto público, pero esto no es cierto toda vez que las obligaciones que disponen si generan gasto y en este caso obligan a las Municipalidades a realizarlo, las que no tengan presupuesto no podrán cumplir. El impuesto que se cobra ahora por las bolsas va a las cuentas de la SUNAT pero no sabemos si este dinero se invierte en la fiscalización del uso de bolsas o promover el reciclaje”, informó


“La población lleva bolsas de plástico a las playas porque las necesita, es muy difícil y casi imposible evitar que ingresen, incluso las utilizan para depositar los residuos que han generado en su día de playa. Más que la prohibición lo que se debe promover es el reúso y el reciclaje de las bolsas y así lograr la economía circular de estos plásticos y el impuesto que se cobre por su compra sea destinado para incentivar el mercado del reciclaje”, indicó


“Si se trata de prohibir los plásticos de mayor presencia en las playas se tendría que prohibir también fumar y consumir alimentos y snacks envasados como papitas, chocolates, helados, galletas etc. En las campañas de limpiezas de playas uno encuentra más colillas de cigarros y empaques de alimentos que bolsas y cañitas. Hay que trabajar en la educación para el uso responsable de los bienes de plástico”, agregó.

 

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