Salud en Casa.- El 75% de pacientes COVID-19 que son trasladados a la unidad de cuidados intensivos (UCI), son obesos. De esta manera, el SARS-CoV2 devela lo peligroso que es padecer esta enfermedad que, junto al sobrepeso, encabeza el ranking de muertes a causa del nuevo coronavirus.
Es evidente que tener esta comorbilidad empeora el pronóstico
de aquellos infectados por el virus.
Esta realidad se confronta con el reinicio de actividades
económicas que el gobierno peruano impulsa desde hace una semana, con ciertos
criterios:
Inicialmente, las personas con un índice de masa corporal
(IMC) mayor o igual a 30 kg/m2 no podían regresar a sus centros de trabajo
por el evidente riesgo que supone su exposición. Frente a ello, la Sociedad
Nacional de Industrias avizoró que 1 millón 200 mil personas no volverían a
trabajar y sugirió que este corte se realizara en un IMC mayor o igual a 40
kg/m2; es decir cuando la persona sufre obesidad mórbida, lo cual fue atendido.
La magnitud del problema indica
que, casi el 70% de la población peruana adulta, quienes conforman la Población
Económicamente Activa (PEA), tiene sobrepeso y algún grado de obesidad.
Si relacionamos esta variable
con el nivel de competitividad global del país, el Perú ocupa, hasta el 2019, el
puesto 65 de 141; frente a países como Japón, que solo tiene 3.5% de obesidad
en población adulta y, hasta el 2018, ocupaba el puesto 5 en competitividad.
Frente a ello, el Estado peruano debe armar otro frente de
batalla en salud, que es la lucha contra el sobrepeso y obesidad y esta debe
ser de interés nacional; sin dejar de lado la ya iniciada y dura batalla de
la lucha contra la erradicación de la desnutrición y anemia.
Los beneficios no solo serán en
la salud de la población; sino también en el ahorro del Estado, en gastos de
otras enfermedades relacionada, como la diabetes, hipertensión arterial, enfermedad
cerebrovascular, dislipidemias, en otras.
Este dinero ahorrado puede ser
utilizado para reforzar las acciones de prevención, que ayudaría a tener una
población más sana, más productiva y competitiva.
Por ese motivo, el Colegio de
Nutricionistas de Lima hace hincapié en la urgencia de que se incluya al
nutricionista en los equipos de salud ocupacional de las instituciones,
públicas y privadas.
Finalmente, reiteramos la
necesidad de que el Estado convoque a los nutricionistas peruanos para
establecer mesas de trabajo, a fin de diseñar políticas de salud que se
apliquen en instituciones fundamentales de nuestra sociedad, como son los
centros gubernamentales, los colegios de educación básica, el gremio
empresarial, entre otros.
Lic. Olger Dawis Román Vilchez
Secretario Cientifico CR IV -
CNP
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