viernes, 18 de marzo de 2022


Salud e
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 Casa.- En el marco del Día Mundial del Sueño, que se celebra el 18 de marzo, es necesario concientizar a las personas sobre la importancia que tiene el sueño en su salud mental.

 

Especialistas concuerdan que nuestra calidad de vida mejoraría notablemente si dedicáramos el tiempo suficiente a tener un sueño de calidad; sin embargo, en el mundo agitado de hoy, la mayoría de las personas no logran descansar la cantidad de horas que se requieren para tener un sueño reparador.

 

El querer ser “productivos” y cumplir con todas las actividades que hemos planeado en el día muchas veces nos lleva a sacrificar nuestras horas de sueño, pero ¿es esto beneficioso para nuestra salud?

 

Dormir es una conducta natural que todos realizamos para recargar energías. Si no lo hacemos, lo más probable es que nuestro cuerpo comience a experimentar una serie de cambios y alteraciones, como trastornos en el sistema nervioso, endocrino e inmunológico, que conllevan a otras complicaciones más graves, asociadas a las denominadas enfermedades degenerativas.

 

Se estima que una persona adulta requiere entre 7 a 8 horas de sueño diarias para restaurar las funciones del organismo. La falta de sueño trae como consecuencia daños irreparables a la salud y la calidad de vida de las personas, afectando a un alto porcentaje de la población a nivel mundial.

 

Entre los efectos más comunes están los cambios de humor, incremento de los niveles de azúcar (diabetes), aumento de la presión arterial, obesidad, debilidad del sistema inmunitario, riesgo de sufrir un infarto, ansiedad, depresión, entre otros.

 

Por ello, es importante enfocarnos en cultivar buenos hábitos de sueño, ya que al mejorar su calidad no solo estaremos contribuyendo a nuestra recuperación corporal y al fortalecimiento de nuestro sistema inmune, sino también estaremos cuidando nuestra salud mental, señala Joel Uceda Espinoza, psicólogo de la USIL.

 

“Tener un buen descanso nos permitirá reducir la vulnerabilidad emocional; es decir, tendrá un impacto directo en nuestro estado de ánimo, en cómo regulamos nuestras emociones y nos relacionamos con nuestro entorno; asimismo, contribuirá a que nuestros niveles de estrés no estén tan elevados y favorecerá a que procesos como el aprendizaje, la atención y la memoria se vean potenciados”, agregó.

 

Para favorecer un sueño de calidad, Espinoza recomienda descansar una cantidad de horas razonables y en un horario regular, mantener una habitación ventilada y ordenada, priorizar comidas ligeras previas al sueño, ejercitarse regularmente, evitar siestas prolongadas, no tomar sustancias estimulantes, evitar la exposición a luz brillante y restringir el uso de aparatos electrónicos antes de dormir.

 

 

 

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