Salud en Casa.- Según el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), el cáncer de tiroides ocupa el tercer lugar entre las mujeres tratadas, luego del cáncer de cuello uterino y de mama. Este se origina en la glándula tiroides, que se ubica en la parte frontal del cuello, debajo del cartílago tiroideo.
Denisse Champin, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), explica cuáles son los diversos tipos de cáncer de tiroides:
A partir del análisis anatomopatológico, el cáncer de tiroides se clasifica:
Cáncer papilar. El 80 % de los cánceres de tiroides son papilares. Suelen crecer muy lentamente y, por lo general, se originan en un solo lóbulo de la glándula tiroides. A pesar de que crecen lentamente, los cánceres papilares a menudo se propagan a los ganglios linfáticos en el cuello.
Cáncer folicular. Un 10 % de los cánceres que se originan en esta glándula son foliculares. Usualmente, estos no se propagan a los ganglios linfáticos, aunque se pueden extender a otras partes del cuerpo, como los pulmones o los huesos.
Cáncer medular de tiroides. De los diversos tipos de cáncer de tiroides, este representa el 4 %. Se origina de las células C de esta glándula, que normalmente produce calcitonina. En ocasiones se puede propagar a los ganglios linfáticos, los pulmones o al hígado, incluso antes de que se detecte un nódulo tiroideo.
Carcinoma anaplásico. El 2 % de los cánceres de tiroides son anaplásicos. Se les llama indiferenciados, debido a que las células cancerosas no se parecen mucho a las células normales de la tiroides, se propaga rápidamente hacia el cuello y otras partes del cuerpo.
Al respecto de la prevención, la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UTP, afirma que “la mayoría de las personas con cáncer de tiroides no tiene factores de riesgo conocidos; por lo tanto, no es posible prevenir la mayoría de los casos de esta enfermedad”.
Sin embargo, explica que la exposición a la radiación, especialmente en la niñez, es un factor de riesgo conocido del cáncer de tiroides. Debido a esto, los médicos ya no usan radiación para tratar enfermedades menos graves.
Además, indica que se pueden realizar pruebas genéticas para saber si existen mutaciones encontradas en el cáncer de tiroides medular familiar (MTC).
Finalmente, Denisse Champin recomienda “la evaluación preventiva periódica con el médico internista para ser sometido a un examen físico integral, a fin de detectar posibles tumoraciones en la glándula o recoger síntomas sugestivos de neoplasias tiroideas”.
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