¿Quién cuida del cuidador? Un informe de Rubrika –el brazo educativo de Lolimsa– pone cifras a esta deuda con los millones de personas que sostienen, desde el anonimato, la salud del país.
Salud en Casa. Hay un lugar donde se libra, cada día, la batalla más persistente por la salud. No tiene quirófanos ni batas blancas. No está en clínicas, sino en los hogares. Allí, entre camas sin barandas, cuadernos con pastillas marcadas y rutinas que nadie ve, millones de mujeres –porque en su mayoría lo son– asumen un rol para el que nadie las preparó: cuidar.
En el Perú, más de 4,4 millones de hogares tienen al menos un adulto mayor. A ellos se suman personas con cáncer, trastornos del desarrollo como el autismo o el TDAH, discapacidades o recuperándose de un accidente cerebrovascular. Todos ellos requieren, además del tratamiento médico, cuidados continuos en casa. Y quienes los brindan no están listos.
Un reciente informe de Rubrika Learning Lab –brazo educativo de la empresa de eHealth peruana Lolimsa– titulado Nido de Cuidadores, evidencia una brecha crítica: el 80 % de los cuidadores familiares nunca ha recibido capacitación formal, y en América Latina, 8 de cada 10 cuidadores son mujeres, con jornadas de 40 horas semanales sin remuneración.
Las consecuencias son profundas: el 31 % de estos cuidadores presenta síntomas depresivos y el 44 % ha dejado su empleo para cuidar. Pero el agotamiento emocional no es el único riesgo.
Cuando la falta de formación pone en peligro.
Un movimiento mal hecho puede causar úlceras. Una dosis incorrecta, una recaída. El informe revela que 1 de cada 5 pacientes frágiles sufre lesiones evitables en casa, y que hasta el 28 % de las rehospitalizaciones por cáncer se deben a errores en el cuidado domiciliario.
El impacto económico también es evidente: las caídas en adultos mayores causan más de 3 millones de visitas a emergencias al año en la región, con costos directos cercanos a los US$ 7.000 millones. Sin embargo, un programa de 12 horas de formación logró reducir las caídas en 28 % y las úlceras en 25 %.
En oncología, un cuidador entrenado mejora en 45 % la adherencia a tratamientos y reduce ingresos de urgencia en 24 %, lo que representa un ahorro de US$ 2.800 por paciente. Si el 15 % de los 69.000 casos anuales evitara una hospitalización grave, el país podría ahorrar hasta US$ 29 millones por año.
Y hay más: en niños neurodivergentes, padres entrenados logran mejoras de hasta 22 % en habilidades sociales del menor y reducción del estrés familiar en 37 %. En rehabilitación física, contar con un cuidador que entiende el plan de ejercicios puede incrementar la adherencia a estos programas en más del 65% y acelerar la recuperación del paciente adecuadamente cuidado en casa.
Rubrika: formar para cuidar
Ante esta realidad, Rubrika ha creado Nido de Cuidadores, una plataforma educativa virtual que brinda capacitación asincrónica a quienes acompañan procesos de salud desde casa. La propuesta abarca desde primeros auxilios oncológicos hasta prevención del burnout y cuidados de adultos mayores.
En agosto de 2025, Rubrika ampliará su oferta con cursos para personal de clínicas, farmacias, centros veterinarios y establecimientos de salud, abordando toda la cadena del cuidado.
“Cuidar sin saber cómo puede ser un riesgo. Nuestra misión es transformar esa realidad con educación accesible y de calidad”, afirma Aranxa Liendo, coordinadora general de Rubrika.
Más que números, una deuda pendiente.
El informe concluye que, por cada dólar invertido en capacitar cuidadores, se recuperan entre 3 y 7 dólares en costos evitados. Pero más allá del retorno económico, está el reconocimiento de una verdad esencial: cuidar es un acto de amor que merece conocimiento, contención y respeto.
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