Problema de salud mental se presenta
más en hombres, alerta médico psiquiatra
Lima, abr. 16 (ANDINA). Si una persona está obsesionada con tener un cuerpo
musculoso, aunque ya lo haya conseguido, y sigue descontenta con su contextura
física, por lo que se enfrasca en ejercicios extenuantes e ingiere diversos
suplementos nutricionales para lograr la figura ideal, podría padecer de
vigorexia, una enfermedad de salud mental, advirtieron hoy especialistas del
Ministerio de Salud.
El doctor Víctor Alcázar Mendoza, psiquiatra del hospital Hermilio Valdizán,
informó que la vigorexia presenta una serie de síntomas obsesivos, como
la distorsión de la imagen corporal, compulsiones, alteraciones de la conducta
alimentaria y disfunción notoria de la vida personal, familiar y hasta
laboral.
"Se le compara como una forma inversa de la anorexia. En la vigorexia, las
personas que la padecen se perciben delgados o imperfectos, o excesivamente
débiles, o con una masa muscular insuficiente para ellos. Es más
frecuente en varones que en mujeres”, precisó.
Alcázar indicó que este trastorno puede detectarse desde la adolescencia,
porque en esa etapa las personas están más al tanto de su imagen personal y
aceptación social. Ya en la adultez, ciertas personalidades como las
histriónicas, narcisistas, impulsivas o inmaduras pueden presentar estas
alteraciones.
Cuando el problema avanza, señala el psiquiatra, estas personas se convierten
en seres poco sociables o dependen mucho de la opinión favorable sobre su físico
para afrontar las relaciones sociales, lo cual les genera inestabilidad
emocional y tendencia a la irritabilidad y a la depresión, con riesgo de
terminar en ideas o actos suicidas.
"Por ello, no se debe caer ante modelos de belleza estereotipados por nuestra
sociedad actual, sino que debemos aceptarnos como somos, con un cuerpo y mente
en equilibrio”, agregó.
Complicaciones
Por su parte, la nutricionista Jimena del Pozo, de Nutramed Perú, sostuvo que
el exceso de pesas en el gimnasio genera un efecto negativo en los huesos,
tendones, músculos y las articulaciones, sobre todo de los miembros inferiores,
hasta con desgarros y esguinces.
En cuanto a la alimentación, explicó que se genera otro efecto negativo para
la salud porque se consume una dieta muy elevada en proteínas para
favorecer el desarrollo muscular, lo que podría generar problemas al riñón a
largo plazo y desórdenes metabólicos.
“La consecuencia del uso de anabólicos produce muchos trastornos en el
organismo como masculinización e irregularidades del ciclo menstrual en las
mujeres, acné, problemas cardíacos, atrofia testicular, disminución de la
formación de espermatozoides y retención de líquidos, entre otros", agregó.
Para Jimena del Pozo, la población más susceptible a padecer vigorexia son
los varones de 18 a 35 años, aunque también afecta a las
mujeres.
"El tratamiento que ha de recibir la persona con vigorexia debe estar enfocado a modificar la conducta y la perspectiva que tienen sobre su cuerpo; considerando que los principales factores desencadenantes involucrados son de tipo cultural, social y educativo", explicó.
"El tratamiento que ha de recibir la persona con vigorexia debe estar enfocado a modificar la conducta y la perspectiva que tienen sobre su cuerpo; considerando que los principales factores desencadenantes involucrados son de tipo cultural, social y educativo", explicó.
(FIN) NDP/RRC
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