martes, 16 de abril de 2013

Problema de salud mental se presenta más en hombres, alerta médico psiquiatra
 
Lima, abr. 16 (ANDINA). Si una persona está obsesionada con tener un cuerpo musculoso, aunque ya lo haya conseguido, y sigue descontenta con su contextura física, por lo que se enfrasca en ejercicios extenuantes e ingiere diversos suplementos nutricionales para lograr la figura ideal, podría padecer de vigorexia, una enfermedad de salud mental, advirtieron hoy especialistas del Ministerio de Salud.
 
El doctor Víctor Alcázar Mendoza, psiquiatra del hospital Hermilio Valdizán, informó que la vigorexia presenta una serie de síntomas obsesivos, como la distorsión de la imagen corporal, compulsiones, alteraciones de la conducta alimentaria y disfunción notoria de la vida personal, familiar y hasta laboral.
"Se le compara como una forma inversa de la anorexia. En la vigorexia, las personas que la padecen se perciben delgados o imperfectos, o excesivamente débiles, o con una masa muscular insuficiente para ellos. Es más frecuente en varones que en mujeres”, precisó.
Alcázar indicó que este trastorno puede detectarse desde la adolescencia, porque en esa etapa las personas están más al tanto de su imagen personal y aceptación social. Ya en la adultez, ciertas personalidades como las histriónicas, narcisistas, impulsivas o inmaduras pueden presentar estas alteraciones.
Cuando el problema avanza, señala el psiquiatra, estas personas se convierten en seres poco sociables o dependen mucho de la opinión favorable sobre su físico para afrontar las relaciones sociales, lo cual les genera inestabilidad emocional y tendencia a la irritabilidad y a la depresión, con riesgo de terminar en ideas o actos suicidas.
"Por ello, no se debe caer ante modelos de belleza estereotipados por nuestra sociedad actual, sino que debemos aceptarnos como somos, con un cuerpo y mente en equilibrio”, agregó.
Complicaciones
Por su parte, la nutricionista Jimena del Pozo, de Nutramed Perú, sostuvo que el exceso de pesas en el gimnasio genera un efecto negativo en los huesos, tendones, músculos y las articulaciones, sobre todo de los miembros inferiores, hasta con desgarros y esguinces.
En cuanto a la alimentación, explicó que se genera otro efecto negativo para la salud porque se consume una dieta muy elevada en proteínas para favorecer el desarrollo muscular, lo que podría generar problemas al riñón a largo plazo y desórdenes metabólicos.
“La consecuencia del uso de anabólicos produce muchos trastornos en el organismo como masculinización e irregularidades del ciclo menstrual en las mujeres, acné, problemas cardíacos, atrofia testicular, disminución de la formación de espermatozoides y retención de líquidos, entre otros", agregó.
Para Jimena del Pozo, la población más susceptible a padecer vigorexia son los varones de 18 a 35 años, aunque también afecta a las mujeres.

"El tratamiento que ha de recibir la persona con vigorexia debe estar enfocado a modificar la conducta y la perspectiva que tienen sobre su cuerpo; considerando que los principales factores desencadenantes involucrados son de tipo cultural, social y educativo", explicó.
(FIN) NDP/RRC

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