Trome.- Los niños, cuando son muy pequeños, solo se identifican como varones o mujeres, no son capaces de categorizar a alguien por su raza, pero a medida que crecen y observan las reacciones de sus padres, maestros, amigos, pueden aprender a mirar con ojos de discriminación a los que son ‘diferentes’.
Por ello, es importante dar un buen ejemplo y hablarle de la diversidad. Dile a tu hijo que hay quienes son de piel blanca o negra, pelo lacio o rizado, y que eso no hace más ni menos importante a nadie, porque lo que valen son sus virtudes y actitudes.
Si alguna vez, llega a casa haciendo algún comentario racista, o etiqueta a otro menor como ‘la niña negra’, ‘el niño chino’ o ‘el chico trinchudo’, corrígele, dile que debe llamar a las personas por su nombre y no por su apariencia. Procura también que juegue con todos los niños. No hay nada como la práctica para derribar tabúes y prejuicios.
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