El cirujano oncólogo Mauricio León Rivera, del citado establecimiento, detalló que estos implantes podrían ocultar lesiones cancerosas, en especial si se colocan detrás de la glándula y delante del músculo pectoral.
Por eso, dijo, los chequeos preventivos deben ser realizados por médicos especialistas que han sido entrenados para realizar maniobras especiales que permitan visualizar toda glándula mamaria.
Recomendó que, antes de colocarse un implante, se debe tener en cuenta el deterioro natural de los mismos, ya que tienen un tiempo de vida útil que generalmente es de 10 años. Dichos implantes, anotó, pueden romperse causando inflamación y pérdida de la simetría mamaria.
“Muchas rupturas son por el envejecimiento del implante o también debido a una compresión excesiva de la mama, o algún trauma severo, lo que requiere de evaluación”, puntualizó.
El galeno también mencionó que los implantes mamarios de silicona o de poliuretano no son considerados factor de riesgo para desarrollar cáncer; sin embargo, las mujeres que se han sometido a este procedimiento deben tener cuidados especiales y evaluaciones periódicas para evitar problemas en la salud.
“Las mujeres que notan cambios en la piel alrededor de sus implantes mamarios, sienten dolor o hinchazón deben consultar al médico para su evaluación” agregó.
León indicó que la detección temprana de cáncer en mujeres con implantes mamarios debe efectuarse siempre con un examen clínico exhaustivo, acompañado de mamografías, ecografías y algunas veces resonancia magnética mamaria.
El implante mamario es un procedimiento quirúrgico que tiene como fin mejorar la silueta de la mujer con mamas pequeñas, corregir la caída natural de los senos, mejorar la diferencia de tamaño entre ambas mamas o también se usa como un procedimiento reconstructivo tras cirugía por tumores.
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