El cigarro es altamente adictivo y por ello, para que un fumador abandone esta práctica, necesitará mucha motivación y apoyo de familiares y amigos.
Diario La República.- Está comprobado científicamente que el cigarro no le brinda ningún tipo de beneficio a nuestro organismo. Por el contrario, causa graves daños a nuestra salud, ya que ocasiona males pulmonares, cerebrales, cardíacos y diferentes tipos de cáncer. Ello debido a que contiene 60 sustancias catalogadas por la ciencia como cancerígenas. Lamentablemente, año a año, alrededor de 800 mil personas en el Perú se inician en el consumo de tabaco, muchos desde edad temprana, menores a los 10 años.
Sabiendo todo esto, ¿por qué es tan difícil para algunas personas dejar de fumar? Marianela Sánchez, psicooncóloga de Oncosalud, explica que existen dos aspectos que hacen que renunciar al tabaco sea tan complicado: “En primer lugar, la adicción es física porque el cigarro contiene nicotina, una droga que es tan adictiva como la heroína o la cocaína. En segundo lugar, existe una conducta adictiva porque fumar es un hábito aprendido que se asocia con actividades sociales cotidianas como tomar un café o salir de fiesta”, indica la especialista.
A ello se suma las sensaciones positivas momentáneas que se experimentan durante el mismo acto de fumar, como placer, relajación y alivio en los síntomas de abstinencia, que al desaparecer dan paso a una sintomatología ansiosa que da pie al inicio de un nuevo ciclo de sensación de necesidad de fumar.
Abandonar este hábito requiere mucha motivación y apoyo de familiares y amigos. El primer paso que debe seguir un fumador es someterse a un diagnóstico para conocer el estado de su adicción, las razones detrás del hábito, problemas causados por el cigarro y el nivel de motivación que tiene por dejar de fumar.
Es ideal planificar un método de tratamiento que ayude a mantener la abstinencia. La psicooncóloga indica que para lograrlo se pueden utilizar métodos farmacológicos, métodos no farmacológicos y es indispensable el apoyo psicológico.
En el proceso de abandonar el cigarro se producirán numerosas recaídas que no deben desanimar al fumador, ya que son parte natural del tratamiento. Lo importante es estar preparado y consciente de que es un hecho aislado y no algo permanente donde todo está perdido.
Familiares y amigos deben entender al fumador y ser sensibles y empáticos con su decisión de dejar de fumar. Es recomendable felicitarlo por su determinación, apoyarlo y alejarlo de personas fumadoras. Asimismo, se recomienda que incentiven actividades físicas, culturales y recreativas que sean del gusto del fumador.
Dejar de fumar trae una serie de beneficios: disminuye el riesgo de sufrir de cáncer, mejora la piel y el cabello, los sentidos del gusto y olfato se agudizan, se reduce el riesgo de infarto y mejora la circulación y respiración.
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