El impacto de las altas temperaturas en la salud mental: una realidad a atender

Salud en Casa.- La exposición a altas temperaturas no solo genera malestar físico, sino que también puede tener repercusiones significativas en el bienestar mental. Irritabilidad, confusión, desánimo e incluso un aumento en los niveles de agresividad son algunas de las consecuencias emocionales que se intensifican con el calor extremo.

Según la Dra. Francesca Mateo, psiquiatra y Directora Médico de Catártica, el calor excesivo puede sobrecargar los mecanismos fisiológicos encargados de regular la temperatura corporal, lo que genera un estado de agotamiento físico y mental. Esta sobrecarga afecta áreas del cerebro relacionadas con la regulación emocional, la concentración y la toma de decisiones.

Alteraciones en el sueño y su efecto en la salud mental

Uno de los principales efectos del calor extremo es la interrupción del sueño, un componente esencial para la estabilidad emocional. “Las altas temperaturas durante la noche dificultan el descanso adecuado, lo que puede ocasionar irritabilidad, somnolencia diurna, dolores de cabeza y dificultad para concentrarse. A largo plazo, esta privación de sueño afecta directamente el estado de ánimo y la capacidad de afrontamiento”, señala la Dra. Mateo.

Estrés y conducta agresiva.

La Dra. Francesca Mateo explica que "el estrés generado por las altas temperaturas afecta la función del sistema nervioso, desestabilizando la regulación emocional. Este fenómeno provoca una sobrecarga en los mecanismos de afrontamiento, lo que da lugar a respuestas emocionales intensas, como irritación y frustración. El calor también incrementa los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que reduce la capacidad de tolerar situaciones de presión o incomodidad. Como consecuencia, se eleva el riesgo de respuestas impulsivas o agresivas, especialmente en contextos de alta demanda cognitiva o emocional".

Reconocer estos efectos y promover estrategias de prevención permite proteger la salud mental y mejorar significativamente la calidad de vida de las personas. “Sensibilizar a la población sobre la relación entre el calor y los trastornos mentales, así como fomentar medidas prácticas, como mantener una hidratación adecuada, evitar actividades extenuantes durante las horas de mayor calor y garantizar espacios frescos para el descanso, puede marcar una gran diferencia”, concluye la Dra. Mateo.